viernes, 24 de julio de 2020

Helen

Parece una plataforma obsoleta, escribir aquí ya ha quedado en desuso, muchos directamente lo hacen en las redes sociales especialmente Facebook y quizás también Instagram, dejamos de lado Twitter por la brevedad qué implica, aunque también es posible hacerlo ahí. Un blog como éste requiere de un esfuerzo adicional por parte del lector y lo digo porque sabemos que las redes han acaparado la atención de la gente y sólo se lee lo que ahí se publica.  Sin embargo puedo decir que la plataforma Blogspot me ha acompañado desde hace muchos años y quiero continuar con el metier de escribir aquí.  Ruego a los lectores que no dejen de hacer clic en los enlaces y vengan, pasen por aquí una y otra vez buscando quién sabe, un momento de entretenimiento pasar de lo entretenido a lo divertido, encontrarse a sí mismo y quizás, por qué no, una pista acerca de esa decisión importante que hay que tomar seguidamente, como ayer que fue difícil para mí encontrar la salida en una bocacalle que me dejó prácticamente encerrado fue un encierro circunstancial y momentáneo pero lo padecí, cualquiera habría hecho lo mismo en mi lugar: dudar.  Llegué a casa con la triste sensación de haber perdido una oportunidad que ya no se volverá a repetir pero encontré todo revuelto.  Habían entrado ladrones, por suerte sólo se llevaron un televisor porque no pudieron acceder a la habitación donde guardo celosamente, además de mis recuerdos, el encanto sutil de unas sábanas de seda y la yerba.


jueves, 23 de julio de 2020

Apretando los dientes

Debo decir, sin temor a equivocarme, que la suerte está jugando una partida extraña, inverosímil un año como el presente rodeado de una situación inexplicable y original como es la pandemia. Solíamos ir a caminar todas las tardes con A- y ahora hace tiempo no lo podemos hacer porque nos encontramos viviendo una situación atípica: estamos virtualmente separados al menos por la distancia. Nuestros corazones siguen unidos, se consuelan mutuamente como de costumbre, miran hacia atrás con compasión y hacia adelante con fe, vuelven una y otra vez sobre los pasos, recorren aquel andar vespertino y se alegran de cada situación vivida de cada paso que dimos en pos de nuestros objetivos en pos de los sueños de dos personas adultas que se reconocen veraces y fuertes, que enfrentan la vida en cada situación que se presenta, que tienen agallas, coraje y corazones fuertes. Los vientos de estos días no dejan en pie lo superfluo, arrasan inevitablemente con las esperanzas y los sueños de quienes, más débiles, no logran ponerse en pie cada vez que la amenaza acecha. 

Fue buena idea salir a correr ayer, oxigenar los pulmones, activar la circulación, impulsar al corazón a que lata fuerte bombeando hacia las extremidades en estos días de frío es un recurso inagotable de buena salud por más que pasemos las jornadas apretando los dientes.

martes, 21 de julio de 2020

Una aventura

Así como simulamos a veces estar de acuerdo, otras en cambio nos proponemos retirarnos y salvarnos el pellejo para nuevas batallas que ya vendrán, es ahí cuando comprendemos que estamos enredados con todos de una manera misteriosa y sutil. He comprendido también que las veces que me equivoqué fueron además de errores, experiencias que me dejaron una enseñanza valiosa de tal modo de asociar lo aprendido con futuras experiencias tal y como sucedió la noche que tuve que usar un baño ajeno hasta que el técnico arreglara el que tenía asignado cambiando la puerta que había quedado mal armada. De todos modos, aquella tuvo algo de bisagra, fue entonces que comprendí que las llaves muchas veces cierran puertas abren espacios limitan las maneras en que nos relacionamos como en este caso con los vecinos.  Alta sorpresa y postergación inevitable siempre que necesitamos de algo urgente ocurre lo inesperado redoblamos el esfuerzo caminamos hacia el día de mañana visualizamos la salida retorcemos en el puño el dolor y miramos con el pecho erguido hacia delante.

Disidentes, entendemos que el sufrimiento es una experiencia evitable y opcional sin embargo hay días en que se instala de manera recurrente y evitarlo es una tarea imposible. Preparé esta mañana el desayuno como de costumbre y enloquecí al ver que habían dejado platos sucios en lugares comunes. Se recuerda lo que viví antes en estos espacios donde las paredes oyen y uno debe arreglárselas sin computadora con apenas un celular capaz de reconocer la voz y cambiarla a texto.

Perdí buena parte de lo que estaba diciendo porque el reconocedor de voz arrancó la frase como si tuviera el idioma inglés seleccionado así fue que todo lo que dije fue a parar a la basura, cosa habitual.

lunes, 20 de julio de 2020

Absurdo

Es absurdo y fatal pensar que uno puede escribir estando de viaje y contando solo con su celular. Siempre que se pueda, debemos tener en cuenta la necesidad y llevar una notebook a todos lados y así evitar el porrazo. Nadie quiere que las cosas salgan a la luz, que se sepan, y nosotros pedimos que intervengas de alguna manera para que la reunión se produzca finalmente y sepamos qué hacer. Queremos lastimar en lo profundo, no alcanza con hacer saber al otro de nuestra predisposición a la charla. No se da. Solo la violencia te rescata de pronto, y confiando llegaré más lejos que negando el roce

domingo, 19 de julio de 2020

Je suis désolé

Una miseria eso es lo que gano cuando juego al poker online, y lo digo abiertamente porque me interesa que otros estén advertidos, o quizás más afortunados, saben cómo se hace para ganar bien, una buena suma de dinero en cada partida.  Lo profundo del tema es que cuando me siento a jugar, sólo pienso en el ayer, me da por darle vuelta a las cartas, a las jugadas, intentando ordenar ya sabemos, aquellos pasos equívocados que en su momento me llevaron quizás a un sufrimiento innecesario, que viene en ese momento a definirse como un full, una escalera o un simple par.  Par de qué, me pregunto de inmediato y ahí arranco, con ese par de piernas, con ese par de personas ahí dando vueltas, con un corazón con un par de ventrículos, y así, asumo que las cosas pueden tener un final feliz, que se pueden volver a juntar los extremos de una línea que parecía destinada a desaparecer. En cambio, en casa ya alejado del azar y la noche, vuelvo a concentrame en tipear código e intentar resolver un problema que tenga que ser resuelto antes de medianoche, porque hay que entregar, porque el jefe lo espera, porque hay una situación ahí dando vueltas y uno debe atender, no dejarlo atrás, responder, no distraerse ni jugar con fuego.  No en esos momentos que están hechos así para que uno avance en lo que construye, para que resueltamente le diga basta a la pereza, le ponga un stop, un freno.  Seguramente los que quedaron en la mesa de juego, estarán ya en sus casas también, pelados en su billetera y sintiendo que debieron retirarse antes, como hice yo.  Hay que saber retirarse a tiempo, eso lo agradecemos después, nos puede dar una oportunidad de viajar.  Lo aprendí la única vez que gané a la ruleta, gracias a un pleno de última hora que me hizo ganar una buena suma de dinero y comprar en vez de un ticket de colectivo, uno de avión en mi viaje a Buenos Aires, y lo supe en ese momento, que dar las gracias es cuando menos lo mejor que podemos hacer.

Insistir, en la medida que sea posible, con los números y la suerte, lo hacemos a diario y volvemos una y otra vez sobre lo mismo, es ahí donde vamos aprendiendo,  sabemos lo que decimos quienes hemos lamentado una pérdida alguna vez, pero alguien con la suficiente buena predisposición a la lectura y la paciencia necesarias lo aprende leyendo aquí y allí, las pavadas que escribe un jugador.

viernes, 17 de julio de 2020

Anotaciones

Aferrado a la idea de que escribir aquí puede conducirme al éxito, es que sigo haciéndolo sin contar siquiera con un aplauso, un elogio, un dinero.  Porque decime si no, qué sentido tiene hacerlo, cuando hay quienes escriben sí, pero lo publican en papel o digital a través de una editorial que se supone va a vender tu trabajo, no es este el caso, y menos cuando no es posible ya me dijeron, insertar publicidad en este blog, andá a saber por qué.  Lo menos agradable de la mañana es recordar viejos tiempos que vienen a la memoria difícilmente atraídos por lo que sucede aquí, de los reportes de contagios por COVID-19 y demás noticias que asimilamos en silencio mientras navegamos páginas de internet.  Y todavía más, te digo que las cosas están ardiendo porque tanto silencio no conviene de ninguna manera, estoy más acostumbrado a las voces que a no decir nada, quiero escuchar y que me digan por qué la malaria (así en sentido general) ha llegado para quedarse, si acaso hicimos algo o simplemente están haciendo que nos volvamos más y más pobres casi como un juego macabro. 

Así y todo están quienes cumplen años y uno va y saluda alegremente, sí, como diciendo que a pesar de la distancia estamos unidos, concatenados, o viviendo una contemporaneidad que viene al pelo para estar de festejo.  Invitame a la fiesta, no me agrada después de todo, ser quien está en el ojo de la tormenta porque así alivia tu inquietud, digo, estemos los dos en todo caso, seamos compañeros ojo, no digo que no podamos entretenernos y jugar con las dos manos como quien agarra lo que le toca con gratitud, sino por ahí decirnos las cosas, hablar con naturalidad de lo que nos pasa, y mirá que nos pasan cosas a diario, muchísimas, y releo lo que escribí acerca de aquello que me pasó hace tiempo y no puedo menos que sentir vergüenza de pronto y ganas de ir a verla y conversar como si eso arreglara las cosas, me permitiera una vez más sentarme a la mesa y preguntar por esas anotaciones absurdas y de colores que habían en su cuaderno y quizás ahí orientar la conversación hacia otro lado, a ese lado que no me llevara a quedar ensartado como un estúpido animal a la hora de la cena.

jueves, 16 de julio de 2020

Infidelidades

¿Y por qué este malestar en el pecho, a estas horas de la mañana cuando apenas comienza el día?  Será porque estoy haciendo poco ejercicio, más bien diría casi nada, excepto ayer que fuimos a caminar con A- durante unos cuantos minutos a la siesta, mientras disfrutábamos el sol hermoso que había y la tarde apenas fresca en nuestra ciudad.  Digo esto, también en parte porque busco la manera de acercarme a ese pasado violento que todos de alguna manera tuvimos, porque la infancia y adolescencia están marcadas por esa necesidad de romper, de cortar, de acabar con algo que nos parece imposible y terminamos haciéndolo con violencia.  Malo es no reconocerlo, no activar  en nosotros mecanismos que ayuden a disolver ese malestar, a encontrar el culpable, o lo que sea para aliviar ese sufrimiento ese desequilibrio que ocurre, esa malformación.  Estamos expuestos mucho tiempo por eso no entendemos, así se siente esa etapa de la vida, que estamos expuestos a todo, y a todos y nos enfrentamos a fantasmas la mayor de las veces en soledad, sin armas, sin conocimiento.  Es terrible y nos marca para toda la vida, no salimos más.  Tenemos que hacer terapia, eso dicen para aliviar los síntomas y las causas de lo que nos aqueja cuando andamos medio perturbados, y eso.  Cuesta un huevo, decime, ¿cómo hace uno para pagarse una terapia de no se, 20 sesiones si a duras penas puede enfrentar el pago de una de ellas, la primera?  Tal vez no sea así, no en todos los casos, pero podríamos pensar en unas sesiones con canje, digo qué se yo, uno va y si hace falta algo ahí en el consultorio mismo, podría hacerlo: arreglar una ventana, cambiar una lamparita, limpiar zonas de difícil acceso, reparar algún electrodoméstico de la casa mientras hablamos de nosotros mismos y el o la terapeuta nos escucha pasivamente.  Sería una manera de contribuir también a la economía doméstica del profesional mientras nosotros desplegamos un pequeño arte como es el de reparar cuestiones de la casa que de otra manera sería imposible para el propietario.  

Hablando de todo un poco, debo ir a la capital pronto, porque están a las patadas.  Se ve que ha quedado el ambiente un tanto enrarecido desde mi partida, ojo, no digo que sea a causa de mi partida pero las novedades que llegan de allá son terribles.  Habrá que ver si son ciertas, si se está yendo de madre como dicen o simplemente el nerviosismo, la misma paranoia y el miedo generados por la pandemia esta maldita los tiene mal.  Quiero ir a poner orden, a establecer algunos parámetros claros de cómo debe ser la vida en una casa de esa magnitud.  Es una casa hermosa, ya lo dije, con unos años encima pero bien cuidada y mantenida.  Y me pregunto: qué me pongo yo a hablar de esas cosas, a ver, si no conozco a la mayoría de los que están ahí, apenas si tuve la chance de dejarme atravesar por una artera flecha de Cupido, lo demás es pura hojarasca.  Deberé buscar asilo en Colombia.

martes, 14 de julio de 2020

perturbado

Cuando nada perturba la paz, estás tranquilo te comes una manzana en absoluto silencio, estás en armonía con la naturaleza con el entorno, todo parece estar en orden y no hay nada que lo perturbe, digo, en ese momento suena el teléfono con alguna pelotudez que quieren venderte, siempre es así y se vuelve intolerable tener uno de estos bichos cada vez más potentes, en capacidad de almacenamiento y de procesamiento.  Convengamos que son minicomputadoras con una línea telefónica, dejemos de llamarles teléfonos.  Mientras tanto, vamos conociendo gente y hablando como si estuviéramos sentados frente a frente y no, están a miles de kilómetros de distancia, sólo que nos agrada engañarnos también a veces y decirnos a nosotros mismos que sí vale la pena estar vivo, que sí lo que estamos haciendo no afecta ni daña a terceros que podemos avanzar en una y otra relación sin pensar en el daño que hacemos a los demás, que no siempre tiene que ser así, que no lastimamos todas las veces que conocemos a alguien por Dios, quién piensa eso, y que las amistades van creciendo, se van haciendo más y más profundas y transitamos la vida rodeados de gente amiga y buena que nos hace bien, que enriquece en lo más íntimo nuestra vida, que nos alegra el día, que nos hace disfrutar de los placeres mundanos y también celestiales y que devolvemos esa alegría en gestos, regalos, o como podamos en cada ocasión.  No siempre sale bien, no muchas veces encontramos gente así, dispuesta a transitar con vos un gran retazo de tiempo, que lo vuelve mucho más difícil de hacer, que la distancia, que las emociones que juegan en contra, que no siempre hablando se entiende la gente, que a veces hay que recurrir a los gritos a las peleas, a poner sobre la mesa lo que nos está molestando que debemos aclarar y que da miedo la violencia desatada y que preferimos evitar a toda cosa aún a pesar del daño también que pueda ocasionarnos a nosotros mismos el no hacerlo y seguimos adelante entendiendo por qué otros lo hicieron en su momento quizás afectando nuestro presente y nuestro futuro, pero faltaron agallas o conocimiento, o ambos o tal vez otras cosas.  Seguimos adelante, decía, a pesar de todo, y cómo vuelven también algunas cosas después de mucho tiempo, cómo vuelve, es increíble.  Todo, vuelve.

El tipo de la vuelta, volvió a aumentar los fideos, me tiene podrido con sus aumentos sin ton ni son, ya se, voy a buscar otro proveedor y listo pero me quedaba cómodo ir hasta ahí, comprar lo que necesito para el uso diario y sin más problemas volver a casa en medio de la cuarentena obligatoria, y decir a los míos, miren compré esto acá a la vuelta y tiene un precio razonable, no necesitamos ir a la cadena mayorista buscando precio, aquí nomás a la vuelta está, y no tenemos que gastar un dinero que no tenemos en combustible de automóvil para trasladarnos ni contaminar el cielo con gases que para qué hacerlo, vuelvo a decir, si lo tenemos a mano.  Da bronca.

lunes, 13 de julio de 2020

Vivos y sanos

Vida normal, en casa, por unos días entretando empiece a normalizarse la actividad en Buenos Aires y me permita volver a la capital donde espera el trabajo.  Siento mucho no haber hecho en su momento el cambio de domicilio como se debía por causas ajenas, no logré hacerme del plástico y ahora todo parece indicar que se ha caído el trámite lo cual es una complicación de cara a los permisos que deben obtenerse para viajar, y desplazarse por la provincia.  Estamos, digo quienes vivimos aquí, bastante encantados con la situación porque nuestra provincia no está tan maltratada por el virus, son muchos casos a diario, es cierto pero no alcanza ni remotamente un número preocupante.  Seguimos vivos y sanos, es lo que importa, quienes me conocen saben que hago todo lo necesario para cuidarme como debe ser sin tomar riesgos innecesarios, pero uno ignora en qué momento puede complicarse y aparecer contagiado del famoso COVID-19 todo un estandarte de las nuevas generaciones que tendrán que arreglar este mundo maltrecho y desarmado que les estamos dejando, con muchas herramientas tecnológicas para hacerlo es cierto eso, pero también con mucha ignorancia sobre cómo manejarlas.  Y digo que la ignorancia es el cruel asesino aquí, el que nos deja sin los seres queridos, el que nos abate y nos destruye con sus armas silenciosas y caras, con sus armas de guerra barata pero efectiva, nosotros huimos no cobardemente sino estratégicamente buscando una solución al caos, un orden, una disposición de las cosas que nos permita entender mínimamente lo que está pasando y no quedar envueltos en una energía negativa que nos destruya.  Como el sexo, por ejemplo:  energía positiva, generadora, creativa, siempre que no se salga de madre, que se mantenga en los carriles adecuados, siempre que podamos contener y controlar por así decir los impulsos siniestros a los que nos puede empujar.  Y digo esto porque las experiencias personales me lo han marcado, enseñado, aquí no hay tanto libro ni instrucción como ya se sabe.   (Esto no debería publicarse Alejandrito por favor, no hagas click, mantené la corrección política, no seas estúpido, evitate un problema).

Siniestro es el almacenero que te aumenta el pan sin avisar, sin mediar palabra sin darte un respiro.  Lo demás es hojarasca.

miércoles, 8 de julio de 2020

Despedida

Un amigo se va e inmediatamente llega otro, asi el estado actual permanece inmutable. Este ha sido un día frágil, un día semejante a la tristeza en el cual nos despedimos de uno que viaja, un extranjero repatriado en tiempos de pandemia monólogos que quedan en el aire sosteniendo lo inverosímil la amistad colándose entre los dedos fugazmente, recordando el pasado, los momentos vividos las trémulas canciones como dice la canción y nosotros ahí celebrando, agitando copas, bebiendo como si nada pasara como si el vacío que sigue a continuación fuera lo deseado. No es así pero es nuestra forma de atacar la soledad inminente, sabemos que es costumbre en estos casos saludarse dando un abrazo mirando a los ojos diciendo alguna pavada algo que recupere la tensión, una sencilla mirada nos devuelve el abrazo fraterno la calidez y el beso apasionado de otras noches que ya no serán.

Torpeza es la primera impresión que tengo después de aquel llamado telefónico torpeza digo porque las palabras no salen las ideas no fluyen y uno sabe que se está equivocando sabe que la puerta que abrió es una puerta oscura llena de barbaridades o por qué no de milagros. Sabemos que están ahí desconfiamos los pesares que tuvimos las miradas que negamos y todo eso concluye y concuerda con lo que sentimos en ese momento reflejado en esa comunicación torpe para qué lo hice desconozco la respuesta ya no importa lo hecho hecho está será mañana un buen momento para invitarla a salir a tomar algo beber una copa tomar un café recordar viejos tiempos y escuchar aquellos temas que sin lugar a duda fueron nuestros. Por qué mencionó a Jon Secada anoche el amigo tanta coincidencia es aceptable uno vuelve la mirada paranoica sobre los que lo rodean y piensa que está sucediendo algo que tiene un sentido oculto que tiene un sentido misterioso y de alguna manera concluye que está bien así que debe dejar de pensar que tiene que acostumbrarse a la idea de que lo que sucede conviene.

martes, 7 de julio de 2020

Carencias positivas

uno tras otro vienen sucediéndose algunos hechos que considero deberían revisarse: por ejemplo, quedar expuesto en un semáforo a la mirada de transeúntes con cierto aire sospechoso. No quiero prejuzgar ni adelantarme pero resulta que en algunos casos la mano tendida la gorra dispuesta en el lugar suelen hacerme pensar en situaciones siniestras que querría evitar de manera de mantener mi integridad a salvo. Normalmente viajo acompañado, de hecho las veces que me muevo en vehículo suele ir algún familiar al volante o un taxi.  Estamos en esta situación transitando la calle en coche ajeno nos hemos acostumbrado y notamos que a pesar de todo la economía se vuelve fuerte digo la economía familiar dado que economizamos en combustible en neumáticos en general no tenemos una máquina que amortizar y renovar cada año además es un vehículo menos que anda en la ciudad todo esto lo digo porque a veces las carencias suelen ser beneficiosas las carencias nos alientan y nos empujan hacia adelante como en este caso, podría pensarse que es una carencia positiva.

La carencia en cambio de tu presencia aquí conmigo suele estar marcada por el horror, suele significar una condena, puede parecerse más a un desierto donde la inminencia de la muerte se hace cada vez más patente.  Necesito tu mirada quiero verte urgente, estar con vos, conversar, comer algo, cebarte un mate.

lunes, 6 de julio de 2020

Otro lunes aquí

Este lunes es especial de algún modo ya que me encuentra arrancando la semana desde la misma ciudad de Mendoza donde trabajo y paso mis días gracias a que tuve la visita menos pensada este fin de semana y debí quedarme. Este encuentro inesperado fue fantástico tuvimos la suerte de vernos después de mucho tiempo y nos fundimos en un abrazo interminable seguidamente recorrimos el centro buscando un almacén de vinos y otro de pastelería con unas pocas cosas en nuestro bolso vinimos a la habitación y discutimos algunos puntos centrales de nuestra relación que habían estado atormentandonos durante algunos años. 

Con las cosas claras decidimos que era el momento de renunciar a todo y volar al viejo mundo la gente que pasaba por el lugar supo que ocurría algo, supo que entre nosotros no había simplemente un contrato comercial. Allí estuvimos besándonos un buen rato. Fue como ponernos al día, fue como dejar atrás la soledad y el tormento de la distancia, fue como dejar atrás meses de desconcierto. Repito: dejamos atrás ese día todo lo malo que nos circundaba a los dos. estuvimos así sentados un buen rato mirándonos a los ojos tomándonos revancha exigiendo al tiempo que nos devolviera aquellos meses que nunca debimos estar separados aquellos meses incinerados por la pasión inexistente aquellos meses que nos torturaron como nunca antes lo había hecho alguien, sin saber lo que vendría después estuvimos así tomados de la mano besándonos otra vez sintiendo que ahora si los minutos pasaban con algún sentido aunque sea remoto, ahora si la vida tomaba un color intenso, crepuscular y directo 

como todo en la vida entendimos que tiene que tener un final estuvimos por algunos minutos bebiendo recostados hasta que sonó el timbre fuimos a atender nuestra cara de sorpresa habrá sido única e irrepetible supimos que era el momento de hacer las maletas y volver a distanciarnos pero esta vez con un recuerdo con un sudor y una lágrima en medio nuestro

viernes, 3 de julio de 2020

Frustración

Estamos condenados al encierro en estos días de cuarentena en la Argentina y digo condenados aunque suene horrible pero es la cruda verdad. Nos toca pasar este invierno refugiados en nuestras casas abrigados por demás y cuidando qué transporte utilizamos siempre que necesitemos movernos en condiciones legalmente aceptables no cualquiera puede hacerlo a cualquier hora. 

Las personas que conocemos habitualmente nos muestran una cara que tarde o temprano habremos de imaginar diferente como si una máscara estuviera ocultándonos parte de la verdad y seguimos el camino continuamos a pesar de todo resistiendo y viviendo en pos de un nuevo vínculo que no incluya frustraciones. Es difícil sortear este paso nos convierte en seres humanos fuertes, enteros, hábiles de manera que nada mejor que acostumbrarse a la idea de que los próximos vínculos también vendrán con la palabra frustración en su trayecto.

jueves, 2 de julio de 2020

El tiempo fluye

Estaba sentado en la vereda y vi pasar un auto que me llamó la atención por el color ya que lo habían pintado de verde imitando el verde de mi gorra qué es claramente militar o verde musgo como prefieran. Digo que me llamó la atención porque no era un color original, no parece venir pintado así ese auto sino que ha sido atacado por manos ansiosas y prolijas seguramente. 

Cuando encontré el motivo por el cual habían dejado solo al tercer inquilino de la habitación contigua, entendí qué significa la soledad para algunos. Hay quienes la viven de manera alegre, no se preocupan en lo más mínimo por lo que pueda significar estar sólo, vivir en soledad, padecerla.  No es mi caso: cuando puedo huir de ella  lo hago,  me refugio en la compañía de quienes tengo cerca, en la conversación banal, en los recuerdos y así las horas pasan, el tiempo fluye, la dinámica se energiza.

A veces me encuentro, como más temprano, sentado solo en la vereda pero atento a todo lo que sucede alrededor y es una manera también de estar en contacto con algo que conmueve mi interior, que me hace compañía de alguna manera me refiero a los pájaros, al viento, al movimiento, el tránsito.  Suena por momentos aterrador vivir en cuarentena, es una situación que despeja de la ciudad esa compañía porque nuestra mente asocia determinadas horas del día con el vacío.

miércoles, 1 de julio de 2020

Ciudad capital

La mañana aquella que dejaste de actuar generalmente me remite a una canción de Fito Páez que suelen pasar por radio a menudo y cuando lo hacen, cambio inmediatamente buscando otra canción que no me haga recordar aquellos días difíciles que tuve que transitar por ignorancia, desconocimiento o ambos.  Tal es así que hoy con las nuevas plataformas de música en línea puedo prescindir de este tema y dejarlo fuera de las playlist que me gustan de tal manera de nunca cruzarmelo y así mantener ese recuerdo sepultado. Generalmente cuando la radio es ajena y yo no controlo el díal me lo tengo que fumar. 

Hoy salgo del trabajo a las 5:00 y directamente voy a encontrarme con el dueño de una inmobiliaria que va a mostrarme un departamento seguramente pequeño pero que está al nivel de lo que podemos pagar porque nos urge a esta altura venirnos a vivir a la ciudad capital, nos estamos extrañando a niveles altos y esto no es bueno para la relación ni para la salud personal de cada uno.  

Doy fe.

Relatar, nada.

 Se dijo en la oficina que hacía calor y que había que prender el aire acondicionado, de todos modos estamos preparados para lo peor.  Hoy, ...