Encuentro caprichoso que un actor de cuarta se pare en la vereda de casa a simular que es una estatua de color dorado, pidiendo una limosna o una contribución a cada uno que pasa. Quise pedirle ayer que se fuera pero vi que su actitud es seria, más allá de que lo que hace en general me parece un tanto aburrido. No sería yo quien le deje unas monedas más aún que escasean por estos días. Los vecinos están contentos, al menos eso parece y se ve en sus rostros cuando vienen a verlo y lo hacen en grupos, la familia completa, abrazados contemplando al artista.
No me cabe en lo más mínimo. Quise rajarlo, estuve a punto de decirle, por favor no te quedes aquí, que es mi casa y estoy esperando un transporte que siempre estaciona acá (mentira). No hubo caso. El tipo intimida por momentos, es difícil acercársele, y además como no habla, qué le voy a decir, si va a hacer de cuenta que no escucha y me va a tirar uno de sus movimientos que dicen gracias por venir, por favor, una monedita. Es imposible, así no.
Me quedé mirando, y estuve por filmarlo para subirlo a las redes, lo voy a hacer después, en otro momento. Quiero que lo vean. Es un muchacho joven, me pregunto ¿por qué no se buscará un trabajo? Bueno, claro, en estos días, capaz es lo único que puede hacer. Yo mismo estoy sin trabajo, capaz tendría que pensar en cómo hace el tipo, seguirlo en sus movimientos e imitarlo frente al espejo a ver qué tal me sale, no sea cosa que sea una salida laboral al final. Tendría que buscar una vereda que no esté ocupada, y ubicarme ahí, donde no moleste, pero que a la vez, tenga buena concurrencia de gente. Esta calle, por ejemplo, donde vivo, es lo menos, no se qué hace el tipo acá. Es una calle de barrio bastante alejada del centro, con árboles añosos que hacen una muy buena sombra, capaz que es eso, el flaco huye del calor agobiante de otros rumbos.
