lunes, 26 de febrero de 2018

Están aquí

Están aquí tan cerca,
rumiando lo inconciente
mientras el ocaso se cierne
sobre ellos rumoroso y fugaz.

Miento si digo que lo entiendo
capaz fue el paso del huracán
tus ojos, aquella tarde
cuando nos vimos temblando

Fue verla pasar, a ustedes les digo
y mi corazón estremecerse
de encanto
y rodar por la vertiente
de la huella humana

Ya ni se lo que escribo,
miento si digo que lo entiendo
Es frágil la espera cuando te vas
Eso entiendo:

Ya no estás.

domingo, 11 de febrero de 2018

Juego de luces

Tremendo el juego de luces que han instalado en el bar al que me toca concurrir a desarrollar un sistema para el manejo de la barra.  Porque quieren sistematizar, según ellos, todo el movimiento de mercadería que entra y sale del lugar, y las ventas llevarlas al día para pagarle a los proveedores y hacer algo de contabilidad.  Dicen que antes el dueño lo llevaba en su cabeza, esta expresión es muy común por estos días, siempre se dice que antes había alguien que llevaba el control de lo que había en stock en su cabeza.  ¿Será que eso depende exclusivamente de las dimensiones de la empresa, quiero decir, de la escala de la misma?  Porque muy distinto es una empresa familiar con algunos pocos empleados (o ninguno) y otra una en la que hay cientos de empleados y no se puede controlar a nadie, de manera que los controles tienen que ser estrictos y muy rigurosos y es imposible llevar una contabilidad en el aire, por más eficiente que sea el dueño con la calculadora.

Ahora, en este bar, me llama la atención que se quiera hacer un ticket por cada venta, cuando los clientes están medio ebrios después de la segunda copa.  ¿Quieren realmente ese ticket, o digamos lo irán a guardar en algún lado o simplemente lo van a tirar en el piso del lugar, y listo?  ¿Hace falta imprimirlo en papel, o se puede hacerles llegar el comprobante a un número de teléfono?  Me parece mucho más eficiente, pero si hay que preguntarle el número cada vez que se hace una venta, estamos fritos.   Y una tarjeta de identificación, ¿podría contener esta información así con un código qr, o algo similar, simplificamos la tarea y ya nos sacamos de encima la impresión en papel?

Suena interesante.

También suena interesante el sistema de audio que han instalado.  Tiene una bocanada de sonido permanente, y la gente al terminar su trago como es lógico, baila. 

Baile es lo que tengo yo antes de terminar este programa.

jueves, 8 de febrero de 2018

Mi amigo el doctor

Un amigo se recibió de doctor en informática y viene publicando en internet lo que ellos llaman papers, claramente material con contenido críptico sólo al alcance de los entendidos y chamanes de la informática.  No es mi caso, ni entiendo ni hago pases mágicos.  Al menos no me parece que lo sea, cuando intentamos resolver un problema, simplemente ponemos manos a la obra y buscamos una solución que no rompa los corazones de nadie, buscamos no embarcarnos en una solución que sea más cara que el mismo problema.

Ayer, sin ir más lejos, tuve que restablecer la conexión a internet en una empresa que tenía un cuelgue eléctrico.  ¿Cómo hacer para encontrar soluciones con los routers colgados porque no tenían corriente?  Era una situación bastante complicada.

Lo resolvimos por suerte con un simple prolongador ubicado en una posición estratégica de manera que no molestara a ocasionales transeúntes.  No es mi área las conexiones eléctricas, pero había que resolverlo. No hacía falta ser doctor en informática para hacerlo, pero la solución trajo alivio a una organización.  Me tocó en ese momento sudar la gota gorda, como dicen, porque podía ocurrir algo no deseado como que las conexiones no fueran las adecuadas o que algún chispazo echara por tierra mis mejores intenciones porque se resolvió con lo que había a mano y rápido.

Finalmente, horas después volvió la luz y todos contentos.

Eso sí, había que dejar las cosas como estaban para que al día siguiente, ya ausente el programador, todo volviera a la normalidad.  Estas tareas a veces se posponen.  El dejar todo como estaba.  Es normal que uno se haga el distraído y deje la solución funcionando, total mañana será otro día y el problema será de otro. Mala cosa: el compromiso tiene que existir aún para el día cuando no estemos, es decir, liberar a la organización de nuestra presencia, incluso cuando eso suponga que vamos a ganar menos.  A la larga ganamos más, y ganamos todos.

miércoles, 7 de febrero de 2018

Meme gusta

Tenía sueño hoy a la siesta pero fue imposible conciliar algo que se pareciera a un descanso.  Es que me tiene mal un problema en el cliente, cosa que me desagrada.  Voy, trabajo y termino el trabajo así me vengo tranquilo a casa de otra forma es un compromiso que no termina y así perdemos tiempo él, yo y quien se me acerque porque estoy en esos días un tanto idiota que no me soporto y echo puteadas tal vez, aquí y allá.

Molesta como molestan los memes a veces, motivos bien diseñados pero estúpidos buscando provocar en uno quién sabe qué sentimiento con tal de sacarte un mango, porque convengamos que nada hay desinteresado en internet.  ¿Y qué es un meme, para los desprevenidos?  Es una imagen que transmite una sonrisa por algún tema que esté dando vueltas por internet.  Y por supuesto, en la sociedad.

Detesto los memes.  Raramente los comparto, es que soy reacio a las cadenas, eso está mal, ya lo se, pero desde el comienzo de internet tuve un rechazo a toda cadena, ya el nombre me suena mal y reacciono de manera negativa.

Bueno a veces no, pero la última que recibí era un nene al que le están amputando algo y me sonó a golpe bajo claramente.  Digo que no me resultó detestable porque simplemente no alcancé a verla por completo.  Cuando reaccioné a lo que estaba viendo dije insoportable.  Lo eliminé, bloqueé al idiota que lo había publicado y marqué la publicación como un reporte de algo indebido.  Todo de una vez y lo más rápido que pude.  ¿Es que hay gente por más alto nombre que tenga, capaz de hacer semejante idiotez?  Sí, créanme que la hay.  Detestable.

Subí los escalones y la vi.

martes, 6 de febrero de 2018

Choque lateral

Las noticias llegan por internet casi a la velocidad en que se producen, quiero decir, nos enteramos de inmediato de un avión caído en el Hudson, porque un twittero hace el reporte desde las balsas salvavidas, es increíble, en particular para quienes antes estábamos acostumbrados a esperar las noticias el día lunes, o el día de mañana impresa en papel.  Como mucho de rápido.  Hoy, en cambio todos nos enteramos más rápido, pero el problema es que son muchas más las noticias, y se pone difícil despejar para ver, centrarse en las que nos interesan en realidad.   ¿Cómo hacer, entonces?  No hay una única respuesta para eso, simplemente buscar los temas que nos interesan en los canales adecuados, y ahí aparecerán las noticias.  Porque eso sí, están mucho más cerca.

Hace instantes me enteré un accidente que ocurrió cerca de casa por un vecino que subió imágenes a las redes sociales detallando la discusión de los que acababan de chocar, ellos unos jóvenes en un auto pequeño y el otro conductor un hombre mayor y su mujer.  Los insultos, eso fue lo que detalló mi vecino que subido a una escalera filmó todo desde la pared lindera a la esquina.  Nosotros nos acercamos un poco para ver, pero en el celular me sonaba insistentemente la actualización de las noticias, y nos volvimos para evitar el espanto. 

Se produjo como era de esperar una situación confusa, donde se echaban culpas unos a otros, y ¡tengo un abogado conmigo! -decía el otro, y así, uno casi se fue a las manos con el adversario repentino pero no pasó a mayores. 

Y la buena noticia es que estaban todos a salvo, eso también hay que decirlo.  ¡Cuánta seguridad tienen hoy los vehículos!  Es difícil lastimarse, está bueno.

La esquina en sí no es complicada, sólo que uno de ellos habrá venido un poco más fuerte que el otro y por el acento será porteño, claro: ellos no saben que hay que respetar al que viene por la derecha.  Muy nuestro, muy mendocino.

viernes, 2 de febrero de 2018

Revivir

Una imposición extraña es la de revivir viejos sentimientos, viejos anhelos y creer que se puede soñar otra vez como cuando éramos niños y temblábamos ante la sola posibilidad de encontrarnos con el otro, cara a cara en el asiento de un auto tan cerca que queme la sola ocurrencia del beso.  Miraba entonces a contraluz extasiado el sutil vello del rostro de la compañera iluminado contra la ventana.  He vuelto a sentir aquel olor recién, cuando metí la nariz en un vaso de vino, ¿tendrá que ver el subconsciente con esto?  Inexplicable.  Se hizo presente ahora, mezcla de sudor y tiza que había en aquellas aulas (al decir de Dolina) y soñaba otra vez.

Miraba su pregunta en el monitor sobre el encuentro casual en la vereda de casa, cuántas cosas se perdieron de pronto por no saber tolerar la cercanía del otro, qué torpe.  Era cuestión de la edad, dicen, uno va madurando, a mí me llevó cierto tiempo perdonar y entender que el árbol va creciendo con o sin tutores y va donde le da la gana de todos modos.

Nos despedimos un día, creció como lo hice yo y ya no fuimos vecinos, ni amigos, ni parientes.  Sólo un perfil en face, una mirada distinta nos llevó de aquí para allá como el viento a las hojas del flaco.


Remota, sutil y ausente
recuerdo espantado
tu esperanza ardiente
sumergida de pronto
en báscula hostil

Quiero meter
un bocado en aquellos
pies de plomo
que sostienen la armonía

Dejar de escribir
sostener
mirar más allá del sonido
y el hueco.


jueves, 1 de febrero de 2018

Boxeo

Llegar y dejar la moto bajo un árbol añoso y lleno de frutos, en este caso aceitunas.  Empezar la tarea en la oficina del jefe, buscando un error que le viene complicando la tarea desde hace una semana y además internet que es difícil en esa zona, cuesta para que funcione fluidamente.  Hay demoras, hay interrupciones, uno se entusiasma pero no se puede.  En eso llega el hermano mayor, que si bien no tiene el peso que el jefe tiene, es el hermano mayor y eso complica las cosas.  Solapadamente le exige atención y la consideración que debería tener por el solo hecho de ser el mayor.

En el medio, mi situación es incómoda.  No funciona internet y las búsquedas y las soluciones están ahí, en inglés, pero ahí.  La cosa se demora y uno desbarranca.  Pero ellos se entretienen peleando por la respuesta adecuada al empleado que viene a reclamar unas horas.  Y escapan, escondiendo el enojo y el disgusto que sienten uno por el otro y así, los minutos pasan y me alejo.  Digo, me alejo del problema y me concentro en pararme y estirar los músculos, total y de todos modos, la solución habrá que buscarla después cuando internet se arregle.

Los brazos me pesan, más de lo normal y no es que tenga puestos los guantes de boxeo, es la memoria que me juega una mala pasada.

Los cagaría a piñas.

Relatar, nada.

 Se dijo en la oficina que hacía calor y que había que prender el aire acondicionado, de todos modos estamos preparados para lo peor.  Hoy, ...