Escritor y Programador
Blog de apuntes literarios, relatos breves y algunas cosas de programación.
martes, 17 de abril de 2018
Telaraña
Un texto resume mis ganas de hablar
ojo con el deseo entrelazado
de los dedos que callan
un cuarto de vuelta de rosca
supone que entendemos la trama de la suerte,
quizás un día cuando los ángeles llamen
a la puerta y nos encontremos destilando
el brebaje que de sentido a la vida,
enmudezca la serpiente
esa que día a día te dice cuidado
que te envuelvo con mi telaraña de dudas
de mieles y demás con que te envuelve
una telaraña, cuidado que además
tejo.
lunes, 9 de abril de 2018
Hoteles
Es bastante pobre la organización de este hotel, lo digo porque nos van a rajar pronto, en cuanto se den cuenta que nos instalamos y no estamos pensando pagar la cuenta, pero nos dejaron entrar y aquí estamos, tirados panza arriba en la cama, los dos abrazados y llenos de ilusiones en este viaje a Tailandia.
Dicen que van a cerrar las playas por los daños que hacen los turistas, pero nosotros -que no nos importa demasiado-, tiramos unas colillas de cigarrillos recién por la ventana del sexto piso y cayeron en el toldo de una verdulería, porque aquí también las hay aunque parezca mentira.
Riendo, despertamos a los vecinos que salieron al balcón y nos miraban extrañados casi pidiendo silencio con el gesto severo así que en cuanto pudimos nos levantamos de la siesta y nos retiramos a comer al restó que por cierto lo recomiendo: tiene todo tipo de comidas exóticas que jamás vimos en nuestro San Rafael. Estamos encantados. Ojalá vuelvan a abrir las playas porque queremos refrescarnos un rato, es un calor bastante agobiante.
Este hotelucho no debe pagar ni la luz o el gas. Lo único bueno es el restó que está acá cerca de nuestra habitación, a la vuelta. Nosotros, re locos estamos, nos metimos acá que es más caro pero somos caraduras, los dos. No nos importa y nos vamos a escapar del restó sin pagar ¡obvio! Cuánto nos durará la peripecia, no sabemos, pero ¿quién nos quita lo bailado?
Bueno, la policía. Ahí viene.
martes, 3 de abril de 2018
Me lo creí
Me lo creí, estuve a punto
de alejar de aquí
aquello que me trae
tu olor a mar
Después, simulé un rayo
circense que resignificara
mi honor de buzo
táctico y taciturno
Desnudé mi afán,
estuve en Vietnam
cogí un puñado de rosas
que parecen otras cosas
Porque hay palabras que
resuenan en mi mente.
Publicar.
de alejar de aquí
aquello que me trae
tu olor a mar
Después, simulé un rayo
circense que resignificara
mi honor de buzo
táctico y taciturno
Desnudé mi afán,
estuve en Vietnam
cogí un puñado de rosas
que parecen otras cosas
Porque hay palabras que
resuenan en mi mente.
Publicar.
jueves, 29 de marzo de 2018
miércoles, 21 de marzo de 2018
Una hoja #DíaMundialdelaPoesía
Mis recuerdos van sombreando
rápido una hoja
rápido una hoja
de papel
Me quedo sin aliento
antes que material
para subir la escalera
del tiempo
antes que material
para subir la escalera
del tiempo
Así, en sombras mi recuerdo
va creciendo en estímulos
por doquier
se vale de la nada
de la niña
de aquella sombra
va creciendo en estímulos
por doquier
se vale de la nada
de la niña
de aquella sombra
Nunca lo serás.
jueves, 8 de marzo de 2018
Haiku
Una mujer me empujó ayer a la tarde por poco me caí al piso, seguramente lo hizo sin querer, digamos en un descuido sobre la misma me aparté para mirarla y ver quién era no logré ver su rostro con claridad, en el tumulto la perdí de vista me enfrenté después al mal presagio de que volvería a suceder y me quedé temblando los próximos veinte minutos. Una vez que aparté de mi mente las peores pesadillas, logré descubrir que no había que pensar mal, que se debe mantener la calma incluso en los peores momentos y seguir adelante, conservar la tranquilidad esperar que pase, seguir adelante a pesar de lo que pueda suceder, incluso cuando el panorama es tan oscuro que uno piensa si valía la pena realmente estar ahí en ese momento, a esa hora y cruzarse con aquella persona fatal que termina llevándote a una ruina inesperada y fugaz, porque llamar ruina a un pequeño tropezón, tampoco da. Finalmente entendí que la mujer estaba desesperada por llegar a las ofertas y quedaba un último televisor a muy bajo precio, de manera que nada iba a interponerse entre ella y su objeto del deseo. Esa compra lo era todo para ella y debía respetar eso, porque casualmente yo estaba parado ahí, pero ojo ni me importaba el televisor, estaba ahí por otro objeto que me interesaba y no estaba en oferta así que seguí de largo, me limpié el pantalón, dejé todo como estaba y seguí, buscando otros rubros. Ahora la mujer, está en la caja discutiendo con el cajero, se ve que la oportunidad no era tal, no era lo que pensaba, o su tarjeta no tenía fondos, qué se yo, seguiré de largo, no es mi tema. Dudo que la encuentre otra vez, en cualquier situación que sea, seguramente tiene cosas más importantes que hacer que discutir con un flacucho que sólo pretende hacerle ver el despropósito de lo que hizo que francamente no tiene sentido actuar así, en los tiempos que corren, siempre va a ser mucho más limpio, higiénico y seguro comprar por internet.
martes, 6 de marzo de 2018
A la salida
Qué difícil puede ser concentrarse en la computadora para trabajar dejando conectadas las redes sociales. Nadie aguanta un segundo sin revisar qué dicen esos mensajes, qué puede haber dicho alguien de uno mismo en las redes, o qué estará diciendo la chica de los sueños de pronto esa tarde hostil en que las cosas no avanzan en la computadora, los programas no salen como uno quiere y apuntan a una solución que a nadie importa. El escenario parece una calamidad... y lo es.
En cuanto a los grupos que han aparecido naturalmente desde que tenemos WhatsApp, se ve que sin el advenimiento de la tecnología hubieran sido imposibles, es mucho más fácil, lo hace más llevadero y vovemos a ser unos niños de pronto en el jardín del colegio, en el patio de la escuela, o cantando en un acto.
Desenvueltos, volvemos a mirar a la cara a las niñas que nos enamoraraon alguna vez caemos de nuevo en sus redes, estúpidamente enamorados.
Volvemos a casa felices de aquel reencuentro, a revisar las fotos que seguramente algún compañero subió y nos reconocemos en ese teléfono, en esas imágenes como niños felices y encantados. ¿Son nuestros compañeros o es la tecnología la que nos enamora?
Volvamos a encontrarnos utilizando los métodos que había en aquellos años. Sería imposible, llamar a un teléfono fijo cada vez es menos frecuente y además no me imagino a gente por lo general muy ocupada armando listas ¡en papel! (el horror) para después confirmar los asistentes y eliminar a los que nunca van a ninguna reunión.
Futuro, nos vemos a la salida.
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