domingo, 17 de marzo de 2019

Es genial.  Leo y releo la novela que compré como es debido a los que venden libros electrónicos de manera formal, libro que no encontré en los lugares de descarga habituales y que por eso compré, y es -repito-, genial.  Me gusta un montón, lo voy a recomendar a quien se me acerque a hablar de libros alguna vez.  No lo voy a comentar aquí, porque no tiene sentido a ver si mis lectores se me van tras de él, no me gustaría perder el poco lector que tengo que apenas si se confiesa lector o lectora mío dejándome un mensaje o algo, entonces haré silencio.

Un domingo se escribe poco, porque es domingo y porque uno está entretenido en cuestiones más familiares que de costumbre ya ha perdido el ejercicio de la semana que está por comenzar en realidad y escribe cualquier huevada sin pensar demasiado, pero se pone contento de saber que su equipo ha goleado en un torneo del cual no tiene chances ninguna, o sea que al pedo, pero ha ganado bien y seguramente el espectáculo de los goles ha sido soberbio. Y me lo perdí.  Por estar en cuestiones familiares mucho más importantes.  Y no me arrepiento ni me quejo.  Leo los comentarios en las redes sociales, de mis amigos, y les envidio la suerte de haberlo visto pero sólo por un segundo.  Ahí nomás se me pasa.
Ganas de escribir.  Es eso, y nada más que eso lo que me mueve ahora que ya es cierto, borré la conexión con las redes sociales y todo lo que escriba aquí va a parar al blog y nada más que ahí.  Tal vez sea otra ilusión más, y sólo eso pero no importa, es una nueva modalidad por así decir, y lo venía pensando estos días que es cierto: no necesito más nada.  Simplemente escribir aquí y dejar las letras sueltas y las palabras libres para que nada más sea confuso.  No hay presiones ni obstáculos simplemente las ganas de expresar aquí lo que toca.

Hoy veo las letras más chicas.  ¿En qué momento cambié esa configuración?  No lo recuerdo, creo que nunca; es algo que simplemente ha sucedido, y es extraño.  Como muchas de las cosas que suceden a diario, o mejor dicho, que ME suceden a diario cuando no entiendo por qué tiene que suceder justo en ese momento algo que no tendría por qué estar sucediendo.  Si, no suena claro ni mucho menos, pero yo me entiendo.  A veces, cuando salgo en moto y veo un auto que no me esperaba encontrar en la esquina, quiero decir, un auto lo suficientemente significativo para mí como para molestarme su presencia, digo ¿esto está sucediendo en verdad o es sólo una jugadita de mis amigos?  Y claro, es inevitable pensar en un arreglo, en una conspiración.  ¿Es joda, me estás diciendo en serio que pensás esas cosas?  Me preguntaban hace poco.  Y si.

¿Qué es un blog, finalmente?  Por el nombre y relacionado a la informática, pienso en un Biography Log, que por si no lo saben, el log es en las computadoras un registro diario o tan frecuente como se quiera, de lo que sucede en la misma computadora.  Bueno, eso será entonces un blog.  Un registro con cualquier frecuencia de lo que sucede en la vida del escritor.  Ya se verá qué rumbo toma la cosa.  Por el momento, pienso también en la refundación de este que ya estaría cumpliendo 10 años, porque la primera publicación data precisamente de toda esa cantidad de tiempo.  Saludos.

Relatar, nada.

 Se dijo en la oficina que hacía calor y que había que prender el aire acondicionado, de todos modos estamos preparados para lo peor.  Hoy, ...