domingo, 28 de abril de 2019

Ah, pero qué bien que quedara ya configurado en el navegador el estilo que quiero usar al abrir una página, me resulta muy confortable.  Quiero decir, por defecto abre con una letra pequeña y me gusta que cuando la abro, esa página ya tenga la configuración que deseo.   No como aquella vez que salí con la absurda idea de encontrarla a ella en el baile, era bastante joven y no sabía, no entendía qué estaba pasando conmigo así que tenía la ilusión de entrar en ese salón y encontrarla como si nada hubiera pasado.  No se configuraban así a mi gusto las personas, y eso cayó de pronto sobre mi como una bola de fuego, quizás con el peso de todos los antepasados del mundo y no supe qué hacer sino arrodillarme y prestar atención a lo que pudiera escuchar.  Y así viví esa noche, por desgracia fue la primera de una larga temporada de noches oscuras como son esas que queman.

Remonté después un poco, a lo largo de la noche, para encontrarme cara a cara con el monumento a la idiotez, pero sobreviví debo decir gracias a un trago de caipirinha que me pasaron -me acuerdo vagamente-, y retomé el rumbo que por momentos se hacía incierto.  También es justo destacar y mencionar que no fue fácil hacerme a la idea que debía respetar el rumbo que quisieran tomar las personas cuando no se sentían a gusto, porque fue así.  Ella no fue al mismo lugar que yo.  No podía configurarse a mi gusto, estaba demasiado acostumbrado a eso en el trabajo y ahí fue que la conocí y vivimos esa experiencia delicada de los besos pero eso nomás.  Entonces tuve que atender un llamado extraño.

martes, 23 de abril de 2019

Suena bien esto de buscar código en internet y apropiárselo de manera prolija eso sí, confiando que la fuente es confiable y por sobre todas las cosas, ha compartido esa pieza de programa precisamente para que uno la utilice y pueda resolver alguno que otro problema.  Si no de su cliente, al menos suyo propio, como hoy que me encontré con la dificultad de un código escrito para una versión de php un par de números anteriores al actual, y un simple conversor escrito y publicado en github me salvó de perder toda una tarde buscando la manera de actualizarlo.

Era una simple conexión a una base de datos que ahora utilizaba otro esquema para conectarse.  Y eso había que resolverlo entendiendo bien de qué se trataban los cambios.  Y no era para hacerlo en una media horita, bien había que dedicarle unas cuantas horas a la tarea.  Si bien es cierto que me pierdo de entender finalmente cómo hay que hacerlo porque el programa lo resuelve, estoy satisfecho porque funcionó.  No perdí más tiempo del prudencialmente necesario por así decir.  Ahora, la aplicación funciona y puedo avisarle al cliente.  Fijate que todavía no lo hago y eso que ya está listo y podría ser beneficioso comunicarlo pero no, no hay apuro porque la aplicación que encontré en internet y me facilitó la tarea, hizo que ganara tiempo.  Entonces, puedo tomarme un ratito para compartir yo a su vez, esta anécdota con Uds, mis lectores.

Continuemos entonces con el resto de las tareas.  Porque ahora tengo que darle un estilo llamativo a la aplicación.  Esto es lo que me cuesta, y sinceramente no me agrada.  Tengo que buscar entre miles de fuentes una que quizás le guste al usuario de mi cliente.  Claro, él va a decir que no le gusta a él, y deberé de estar conforme con ese dato, que capaz nada tiene que ver con el gusto del usuario.  En fin, cosas que suceden.

jueves, 18 de abril de 2019

Llegar a casa después de un día agitado es lo más.  Y preparar el mate, tranquilo con la china al lado, porque así le llamo yo a mi mujer cuando estoy bueno, cuando tengo ganas, cuando hay amor alrededor y uno se siente a pleno con las cosas en orden.  No son muchos los días esos, pero los hay y son un encanto de jornada.  Nada que ver con otros días en que las cosas se complican, no salen como uno quiere, y se pone idiota de mal humor y se cansa al minuto nomás, de ver tanta pelotudez y tanto desorden por todos lados.  Como esta mañana también, cuando volvía que una luz azul me llamó la atención desde adentro de un predio municipal.  ¿Qué tenía que hacer esa luz ahí, si no hay nada para señalizar sólo distraerme acaso?  Es penoso ver el desorden en que está todo y uno se siente frustrado.  O frustarado, mejor.

Suena una sirena de ambulancia ahora.  Es medio ridículo señalar esto pero cuántos accidentes de tránsito.  Todos los días.  A ver, ¿es que no se quieren ni un poquito los que andan en moto, o auto a toda velocidad y sin mirar los riesgos?  ¿Cuándo es más factible que se produzca un accidente?  Claramente cuando uno anda medio pelotudo sin mirar a los costados ni cruzar con prudencia una esquina.  A veces -y a mí me pasa-, nos colgamos y ni nos damos cuenta que vamos manejando en la ciudad.  Es un peligro, la atención se dispersa y se cierra.  Es entonces que me doy cuenta que un mínimo descuido puede ser fatal.  Imaginate si le pasa a otro y termina haciendo un desastre que nos involucra a los demás.  Qué fatalidad, nunca nos pase a ninguno de nosotros, por favor.  A nadie.  Que pronto ya venga un kit para convertir el vehículo en autónomo así no tenemos que manejar más y ya no dependemos de nuestras emociones o mejor dicho de nuestro endeble equilibrio entre nuestras emociones y la razón, cuando estamos al volante.  Hay vidas en juego, hay futuros en juego, bienestares en juego.  Y toda una serie de cosas que hay que tratar con toda delicadeza.  Porque amamos la vida, eso decimos eso nos llenamos la boca diciendo, entonces hay que ser consecuentes con lo que decimos, y cuidar la avenida.

sábado, 13 de abril de 2019

Vista del valle de Cajón Grande, Malargüe.

Tarea de hoy: asistir al amigo con su proyecto de consolidar un club de aviación con aeromodelismo, es decir, no vuelan, sólo vuelan los aparatos esos comandados desde la tierra con controles remotos a batería, he visto que cada vez los hacen más sofisticados y potentes.  El vuelo alcanza velocidades increíbles y las maniobras que hacen en el aire son arriesgadas y muy agresivas, sin embargo el que sabe controlarlo puede estar horas divirtiendose con esas miniaturas geniales producto de la mente humana, y del ocio, claro.  Hay que tener tiempo y lo digo sin ánimo de crítica, para estar boludeando con esos avioncitos y gastar la fortuna de dinero que se gastan en eso, que la nafta, que los últimos adelantos en los controles remotos, que la maderita esta que se estropeó en el aterrizaje forzoso, y un largo etc.  Sin embargo yo, me entretengo con los simuladores de vuelo que hay en internet, y en la computadora por horas también aunque un poco más restringido a nivel de gastos porque hay juegos libres y llegué a jugar en uno que venía como "easter egg" en una planilla de cálculo.  Soy más terrestre yo, me divierte menos el volar de verdad y trabajo cerca del aeropuerto de manera que estoy permanentemente escuchando el rugido de esos motores enormes y viendo como aterrizan y despegan aviones de todo tipo.  Más bien, aviones chicos de reconocimiento y bautismo y menos habituales los aviones grandes que viajan a Buenos Aires pero es un solo vuelo al día.  Por supuesto los grandes aeropuertos están alejados de la ciudad, como en Mendoza, que enfrente te encontrás con el patio trasero de unas casas de Las Heras que supieron ser de mis familiares, esto no tiene mucho que ver con nada, simplemente marcar el hecho de que hay unos carteles ahí que me recuerdan que la publicidad es algo que deja buenas ganancias, como esos avisos bastante molestos en la televisión ahora que hay que desactivar con el mouse.  Compré uno inalámbrico ayer, me salió bastante malo, así que lo voy a ir a cambiar por otro mejor no sea cosa que al final termine pagando por algo que no sirve, que no voy a usar.


viernes, 12 de abril de 2019

Un bonito recuerdo me estremeció esta mañana, y tiene que ver con la época en que me dio por sacar fotos artísticas por así decir, y fui a ver un maestro en el arte de sacar fotos y tomé con él unas clases y fue divertido y no llevó mucho tiempo pero sí muchas alegrías.  Alcancé -también recuerdo-, a sacar unas fotos a una vendedora de ropa en una galería céntrica que estaba rodeada de cuadros e imágenes de vaqueros o pantalones como se los conoce también, y fue mágico por un momento.  A esa chica no la volví a ver, se que se casó y vive por aquí cerca también eso lo se, pero no la volví a ver.  Ni las fotos tampoco.  Mi maestro vio con entusiasmo el avance que había logrado en poco tiempo.  Eran épocas de fotos con rollo de película, todavía lo digital ni asomaba siquiera.  Y estaba bien.  El mundo estaba bien no había quizás esta locura de los teléfonos celulares, que como ayer que iba pasando por la vereda de una estación de servicio y me soprendí de ver con cuánta dedicación estaba la gente que hacía cola, viendo las novedades de sus celulares.  ¿Hace falta tanta información, tanto estímulo realmente para vivir?  ¿Por que no lo dejamos en casa un buen rato y hacemos otras cosas, no se, regar las plantas?  No, eso no parece tener solución por ahora.  Todo se reduce a mirar una pantalla de teléfono o de computadora.  Y nos queda la naturaleza que nos sorprende también cuando menos lo pensamos como ayer, casualmente mientras esperaba a mi mujer, dos mariposas volaban cerca mío y en tádem, las dos hacían prácticamente el mismo vuelo hasta que se separaron minutos después.  El mismo color amarillo las dos.  Muy estimulante.  Recortadas contra el cielo.

jueves, 11 de abril de 2019

Y ahora me lo dice blogger a la entrada nomás: "Estás usando blogger como alejandro noli", dice y me agrada.  ¿Ya quitaron Google+?  No he entrado siquiera a ver eso.  Una red social que no caminó.  Ni un poco.  Sin embargo, había mucha información ahí de todos colores eso de los grupos me acuerdo fue innovador.  Uno agregaba a la gente según quisiera que formara los grupos.  Era más complejo que eso.  Los agregados no tenían reciprocidad, quiero decir, no era "te agrego me agregás" era unidireccional.  Algo así, eso fue lo que leí por aquellos días de inaugurada.  Qué extraño que algo así no funcione, cómo se instalan otras aplicaciones, otras redes con singular éxito, es extraño que no le haya ido nada bien.

Pero a mí, qué me importa.  Lo que quiero hacer es una aplicación que muestre qué locales están cerca de mi casa, o cerca mío en este momento para ir a comprar lo que necesito.  Ejemplo: una empresa que vende artículos de jardinería y tiene varios distribuidores o varios locales en una ciudad grande como Buenos Aires, puede si quiere publicar en google maps las ubicaciones de esos locales y yo poner en un buscador dónde me encuentro así saber cuál de todas me queda más cerca.  Y así de fácil puedo encontrar lo que quier mucho más rápido.  También podría comprar en mercado libre así me lo envían a domicilio y listo, pero no.  Las ventas en internet son todavía bastante difíciles por buscar un adjetivo, la gente no se acostumbra a llenar los espacios en blanco, son muchas características que hay que llenar te pasas la vida haciéndolo con qué sentido si tenés un local abierto a la calle y vendés fenómeno ahí.

Todo bien pero hoy tengo que trabajar en el odoo y no recuerdo por dónde empezar.

lunes, 8 de abril de 2019

Hoy estuvo bien, el trabajo digo.  Así es que vale la pena concentrarse y sacarlo adelante sea como sea, quiero decir cueste lo que cueste.  Pero en un buen sentido porque es algo que no había imaginado esto de asesorar a la gente a usar las redes sociales.  Pero no en un sentido comercial o empresarial sino algo mucho más sencillo como es a una señora que quiere comentar una película o publicar en el grupo de flores aromáticas y cosas así.  Porque hace falta.  Porque debe haber muchos que necesitan este tipo de asesoramiento y por qué no hacerlo.  Me pregunto si habrá más gente dispuesta a pagar por eso ojalá que sí, es algo que podría hacer sin problemas.   Mucho más amigablemente que programar a veces con los minutos contados y el cliente respirando en la nuca a ver si terminas lo que te pide.  Parece una contradicción viniendo de mí, que prefiera algo que no está directamente ligado a la programación, pero cuando pasan los años y ves que ya no vas a hacer un super mega sistema que resuelva los problemas de la humanidad, pues queda hacer algo sencillo que por lo menos resuelva o alivie un poco la vida de quien tenés al lado.  ¿Por qué no?

Problemas digámoslo, hay en todos lados de manera que gente interesada voy a encontrar seguro.  Veremos en estos días si no decanta mi interés hacia esa otra posibilidad de trabajo.

viernes, 5 de abril de 2019

Lo que hace a un blog estar activo es que el autor escriba en él, como yo que vengo escribiendo desde hace varios años con intermitencia pero insistentemente.  No puedo, no me parece viable escribir en un borrador para después subirlo aquí, más bien prefiero hacerlo directamente en el borrador del blog y después ver si se publica o no.  Como buen programador, me interesa todo lo que sucede alrededor de la aplicación que sostiene este blog, ver por qué, hoy ha cambiado el ingreso.  Tuve que dejar escrito quién soy yo (a pesar de los casi 10 años de blog) porque han dado de baja el servicio de Google+ y entonces mi perfil, ya no es aquel nunca más.  Una lástima porque ahí tenía varias instancias de lo que venía publicando y eso era una buena referencia cuando alguien buscaba en internet por mi nombre.

Seguiré usando blogger, al menos por ahora es lo que mejor tengo a la vista.  No sirve poner esta máquina a funcionar como servidor e instalar un wordpress porque debería estar prendida todo el tiempo y eso consume mucha energía.  Mejor, pagar un servicio o directamente hacerlo en este gratuito.

Pero la tentación es grande.  ¿Te imaginás, una máquina que usas todos los días para tareas diversas, conectada a internet las 24 horas sirviendo el blog que vos mismo escribís?  Suena divertido.  Además, el propio blog podría programarlo con cualquier tecnología, desde django a la que se te ocurra.  Sería divertido pero convengamos también que algo inestable.  Mejor, por ahora en este que estoy.  Y escribiendo directo en el mismo a modo de diario.  Qué embole, la verdad, los diarios para la gente.  Creo que nadie tendrá ganas de seguir esto si se convierte en un diario, en las notas recopiladas a lo largo de los años de alguien como yo que no tengo nada significativo que contar.


Relatar, nada.

 Se dijo en la oficina que hacía calor y que había que prender el aire acondicionado, de todos modos estamos preparados para lo peor.  Hoy, ...