martes, 26 de enero de 2021

Corte de luz


 Oh, claro está. Hay que leer mucho a los griegos, cuando escribían cosas como las historias que estuve leyendo por estos días, a fin de seguir un plan de lectura en las redes sociales, y lo pasé muy bien, entretenido, y veo cómo los antiguos eran capaces de escribir sin lápiz ni papel, mucho menos en computadoras. Pero claramente, eso hacían para no aburrirse, porque estas tragedias seguramente iban a parar a algún teatro y así la gente se entretenía durante el fin de semana, los domingos iban al centro recorrían las vidrieras y se encaminaban al teatro, donde entraban muy elegantes y disfrutaban sentados en cómodas butacas, la obra de turno. No como ahora, que estamos privados de ver teatro por culpa de una pandemia que no nos deja tranquilos. Ha llevado la obra de teatro a los hospitales, ha centrado las historias de muerte y de vida, en si te colocas o no la vacuna rusa o la que sea. Y ahora, además, con una nueva cepa acechándonos, una que dicen es menos riesgosa pero más contagiosa, y así nos van metiendo en este nuevo año que ha empezado hace poco, y que ya como quien no quiere la cosa ha transitado todo un mes y sigue adelante. Estamos ya cerca del segundo mes del año y ¿qué pasó? Nada. Absolutamente... nada.


El ocaso de enero se viene y estamos muy tranquilos porque por lo menos no nos contagiamos de nada pero la tormenta de ayer, muy eléctrica, nos dejó una alarma sonando y ya van más de 10 horas que escuchamos el mismo sonido sin que alguien intervenga y detenga ese infierno. ¿Qué seres del mal pueden inventar un aparato que para lo único que sirve es para auyentar el sueño de los vecinos? Díganme, si no es cierto que las alarmas ya no protegen de nada ni de nadie, y que deberían ser prohibidas, o al menos reglamentadas para que tengan si o sí un dispositivo capaz de apagarlas cuando se ha tenido la certeza de que no hubo tal robo, que simplemente se activó por error y listo que todo vuelva a la normalidad, que quienes vivimos cerca podamos continuar con nuestra vida en paz. Bueno, ese dispositivo, claro, tendrá que ser electrónico y seguramente vinculado al IoT para que de manera inteligente y no menos elegante sepa dejar en claro que las cosas están bien por casa, que ya pasó lo peor, que la tormenta fue eléctrica pero que los chicos pueden seguir jugando al fútbol aquí cerca que no ha caído ningún rayo, y que las abuelas están a salvo.

Relatar, nada.

 Se dijo en la oficina que hacía calor y que había que prender el aire acondicionado, de todos modos estamos preparados para lo peor.  Hoy, ...