domingo, 19 de julio de 2020

Je suis désolé

Una miseria eso es lo que gano cuando juego al poker online, y lo digo abiertamente porque me interesa que otros estén advertidos, o quizás más afortunados, saben cómo se hace para ganar bien, una buena suma de dinero en cada partida.  Lo profundo del tema es que cuando me siento a jugar, sólo pienso en el ayer, me da por darle vuelta a las cartas, a las jugadas, intentando ordenar ya sabemos, aquellos pasos equívocados que en su momento me llevaron quizás a un sufrimiento innecesario, que viene en ese momento a definirse como un full, una escalera o un simple par.  Par de qué, me pregunto de inmediato y ahí arranco, con ese par de piernas, con ese par de personas ahí dando vueltas, con un corazón con un par de ventrículos, y así, asumo que las cosas pueden tener un final feliz, que se pueden volver a juntar los extremos de una línea que parecía destinada a desaparecer. En cambio, en casa ya alejado del azar y la noche, vuelvo a concentrame en tipear código e intentar resolver un problema que tenga que ser resuelto antes de medianoche, porque hay que entregar, porque el jefe lo espera, porque hay una situación ahí dando vueltas y uno debe atender, no dejarlo atrás, responder, no distraerse ni jugar con fuego.  No en esos momentos que están hechos así para que uno avance en lo que construye, para que resueltamente le diga basta a la pereza, le ponga un stop, un freno.  Seguramente los que quedaron en la mesa de juego, estarán ya en sus casas también, pelados en su billetera y sintiendo que debieron retirarse antes, como hice yo.  Hay que saber retirarse a tiempo, eso lo agradecemos después, nos puede dar una oportunidad de viajar.  Lo aprendí la única vez que gané a la ruleta, gracias a un pleno de última hora que me hizo ganar una buena suma de dinero y comprar en vez de un ticket de colectivo, uno de avión en mi viaje a Buenos Aires, y lo supe en ese momento, que dar las gracias es cuando menos lo mejor que podemos hacer.

Insistir, en la medida que sea posible, con los números y la suerte, lo hacemos a diario y volvemos una y otra vez sobre lo mismo, es ahí donde vamos aprendiendo,  sabemos lo que decimos quienes hemos lamentado una pérdida alguna vez, pero alguien con la suficiente buena predisposición a la lectura y la paciencia necesarias lo aprende leyendo aquí y allí, las pavadas que escribe un jugador.

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