Cuando nada perturba la paz, estás tranquilo te comes una manzana en absoluto silencio, estás en armonía con la naturaleza con el entorno, todo parece estar en orden y no hay nada que lo perturbe, digo, en ese momento suena el teléfono con alguna pelotudez que quieren venderte, siempre es así y se vuelve intolerable tener uno de estos bichos cada vez más potentes, en capacidad de almacenamiento y de procesamiento. Convengamos que son minicomputadoras con una línea telefónica, dejemos de llamarles teléfonos. Mientras tanto, vamos conociendo gente y hablando como si estuviéramos sentados frente a frente y no, están a miles de kilómetros de distancia, sólo que nos agrada engañarnos también a veces y decirnos a nosotros mismos que sí vale la pena estar vivo, que sí lo que estamos haciendo no afecta ni daña a terceros que podemos avanzar en una y otra relación sin pensar en el daño que hacemos a los demás, que no siempre tiene que ser así, que no lastimamos todas las veces que conocemos a alguien por Dios, quién piensa eso, y que las amistades van creciendo, se van haciendo más y más profundas y transitamos la vida rodeados de gente amiga y buena que nos hace bien, que enriquece en lo más íntimo nuestra vida, que nos alegra el día, que nos hace disfrutar de los placeres mundanos y también celestiales y que devolvemos esa alegría en gestos, regalos, o como podamos en cada ocasión. No siempre sale bien, no muchas veces encontramos gente así, dispuesta a transitar con vos un gran retazo de tiempo, que lo vuelve mucho más difícil de hacer, que la distancia, que las emociones que juegan en contra, que no siempre hablando se entiende la gente, que a veces hay que recurrir a los gritos a las peleas, a poner sobre la mesa lo que nos está molestando que debemos aclarar y que da miedo la violencia desatada y que preferimos evitar a toda cosa aún a pesar del daño también que pueda ocasionarnos a nosotros mismos el no hacerlo y seguimos adelante entendiendo por qué otros lo hicieron en su momento quizás afectando nuestro presente y nuestro futuro, pero faltaron agallas o conocimiento, o ambos o tal vez otras cosas. Seguimos adelante, decía, a pesar de todo, y cómo vuelven también algunas cosas después de mucho tiempo, cómo vuelve, es increíble. Todo, vuelve.
El tipo de la vuelta, volvió a aumentar los fideos, me tiene podrido con sus aumentos sin ton ni son, ya se, voy a buscar otro proveedor y listo pero me quedaba cómodo ir hasta ahí, comprar lo que necesito para el uso diario y sin más problemas volver a casa en medio de la cuarentena obligatoria, y decir a los míos, miren compré esto acá a la vuelta y tiene un precio razonable, no necesitamos ir a la cadena mayorista buscando precio, aquí nomás a la vuelta está, y no tenemos que gastar un dinero que no tenemos en combustible de automóvil para trasladarnos ni contaminar el cielo con gases que para qué hacerlo, vuelvo a decir, si lo tenemos a mano. Da bronca.
martes, 14 de julio de 2020
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Mejoras en el Software de Gestión de Cuotas
El software sigue funcionando. No está roto. No ha colapsado. Pero la deuda técnica está ahí, acumulándose como una pila de tareas pendien...
-
Volver aquí, claramente divaga en la sombra oscura de la ciénaga mirar fugaz tu rechazo y la lejanía una vez más esconder, eso recibí a...
-
Hoy quiero compartir con ustedes una idea que viene rondando mi cabeza desde hace un tiempo: la posibilidad de escribir un libro sobre la ex...
-
Qué genialidad ese Github, para todo programador que se precie, o para todo curioso que quiera aprender, porque uno va allí y algo bueno va ...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario