miércoles, 29 de abril de 2020
No están dadas las condiciones para que escribir aquí sea agradable, pero tampoco lo es allá donde voy a ir hoy por la tarde, porque convengamos que un viaje así, en medio de una pandemia, no es algo aconsejable, y estoy pensando que debo hacerlo de todos modos, porque no da quedarme aquí con estas incomodidades después de todo, no tengo por qué hacerlo sólo por el dinero diría, y no es motivo suficiente cuando lo pensás un poco. Y veré entonces lo que surga del resto del día cuando me toque estar frente al comisario de turno y me diga si puedo o no puedo viajar en ese caso tendré que recorrer una a una las posibilidades que me quedan y decidir dónde quedarme, en realidad no hay mucho que decidir es sólo que una simple noticia en el diario no alcanza, debería ser algo más confiable, algo que me lo digan directamente desde la empresa de transporte: "mire Ud. no puede viajar porque se ha decretado que los viajes a partir de hoy están cancelados.", algo así estaría muy bien pero de parte de la autoridad no dicho por un diario, de forma confusa. Y además, tendré que estar atento como dije ayer, porque no me gustaría que detecten una maniobra ilegal en el procedimiento y me manden a casa... a la cácel jaja, sería un espanto, no quiero pasar por ahí, no me lo merezco, como le dije un día nada menos que al abogado que venía con órdenes de desalojar porque nos habíamos pasado un poco en el horario de uso de la vivienda. Bueno, le dije, al fin y al cabo ellos decían que eran nuestros amigos, y no, no lo eran. No como aquellos que defienden lo suyo y no permitirán que venga alguien y se los robe, y está bien después de todo. No se trata de que te desalojen, no pero también hay que ver que a veces no queda otra solución al problema: hay que liberar. Hay que salir de ahí, cuanto antes so pena de perderlo todo, como los reyes de los que habla el texto, como los pacientes reyes de la historia, que dicen que salen a cazar su libertad y se topan con unos cazadores que hacen estragos con los perros salvajes africanos, muy sentados en sus vehículos con armas y cosas que les facilitan la tarea. No a los pobres animales que terminan hechos tiras en el piso, por un simple capricho de los maricones estos.
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