miércoles, 15 de abril de 2020

Escribir apuradito no tiene mucho sentido para estas horas por eso prefiero la mañana bien temprano aunque hoy fue imposible.  Y digo imposible porque se encadenaron algunos sucesos domésticos que lo hicieron difícil y opté por dejarlo pasar y pensar que tal vez mañana pueda hacer tiempo y dedicarle unos minutos a esta actividad por demás habitual y encantadora.  La de escribir aquí y que después alguien pase, como quien no quiere la cosa, y se lleve algo que le sirva aunque sea para pasar el rato en la sala de espera de un consultorio.  Todo eso, digo si tiene conexión a internet porque de lo contrario será imposible. 

Discutíamos ayer acerca de la conveniencia o no de usar un determinado software que ofrece ciertas garantías, contra otro que tiene reconocida fama de no serlo, es decir de filtrar información, de funcionar mal de tal manera que tu seguridad se ve jaqueada, afectada, puesta en duda.  Entonces, yo decía en tono amistoso que siempre será mejor evaluar un programa por el uso que le podemos dar a largo plazo y hay algunos que se instalan en la gente y ya no podés removerlo, incluso eso mismo genera los recursos suficientes para desarrollar mejores paquetes, mejores programas, o sea, hacer que finalmente aquel software que fue tomado por la gente y usado de manera viral por el mundo entero, al cabo de unos meses y con la inversión necesaria, se vuelve un mejor software, algo que realmente funciona y no presenta fallas considerables ni preocupantes.  Pero eso no lo ven, prefieren colgarse de un mensaje que quizás los mismos fabricantes han dejado filtrar para hacer que la gente, aunque sea mal, hable de su creación.  Y está bien, seguramente, pero un poco me hincha los huevos que quienes se auto proclaman sabelotodos en materia informática, en vez de estar hablando estas huevadas que no hacen nada más que crear un poco de confusión en medio de la arrogancia, podrían haber creado un tutorial detallado de cuáles son las funciones que conviene usar, y cómo usarlas, cosa que los usuarios principiantes están ávidos de conocer.  Me imagino una señora mayor, pretendiendo usar esta tecnología para comunicarse con sus alumnos y que venga alguien a decirle que es una afrenta a la seguridad cuando en realidad apenas si logra entender cómo funciona, y su verdadero problema es quedar como una analfabeta digital frente a los colosos, a los monstruitos que la esperan al fin de la pandemia.  Y seguirán ahí después, además.  Eso seguro.

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