jueves, 9 de abril de 2020

Consuelo es lo que anhelo porque esta peste que nos está acosando ya está complicando demasiado las cosas, uno que vive de lo que gana trabajando semana a semana, no sabe que hacer sin trabajo, no cobra un sueldo estatal como otros  y así todo se vuelve más complicado por no decir imposible.  Estamos aislados como debe ser, como indica la autoridad sanitaria y las pocas tareas remuneradas que hago son a través de internet, pero como ayer me lo pasé sin hacer nada, hoy no tengo para cobrar.  Y así, los gastos y las necesidades siguen en pie mientras nosotros hacemos agua.  Eso es preocupante, desde ya.  Estamos como quien dice vencidos porque además, habían dicho que el próximo lunes terminaba el aislamiento pero lo han desmentido, ahora resulta que va a seguir quién sabe hasta cuándo sólo los bancos volverán a la normalidad, recuerdo entonces cuando mi amigo me dijo que en Junio estaría recién volviendo a la normalidad la cosa, tendremos que ver de qué manera llegamos porque no está fácil.  Se que hay mucha gente en la misma situación y eso me llena de estupor.  Cómo haremos, todos ellos, todos nosotros para sobrevivir.  Ayer, además, me pareció escuchar las famosas trompetas en el cielo que ya han mencionado en las noticias, como un fenómeno eléctrico o magnético, algo así, y los perros ladrar.  Bastante inquietante veremos en los próximos días si siguen apareciendo esos ruidos y de dónde vienen.

Ayer, decía, fue un día atípico: tuve un mensaje de alguien, a quien llamo amigo aunque se haya desdibujado bastante esa palabra, que me gastaba preguntándome dónde iba a cobrar esa ayuda familiar que ha dispuesto el gobierno, diciendo además que en su país es igual, son 120 dólares para cada familia, lo mismo que acá, ¿qué me quería decir con esto?  ¿Por qué me hostiga (yo lo veo así) todos o casi todos los días?  ¿Qué le hice?  No logro entender estas cuestiones, no encuentro respuestas.  Y mucho de lo que hago está estrechamente relacionado a esto.  ¿Por qué tengo que fumarme a este muchacho?  No entiendo, y no se además cómo sacármelo de encima.  Basta ya, dejame en paz.

Salí a devorarme la cancha, pero la cancha me devoró a mí, derrota total cuarenta a cero.  Dolor en las manos, en los ojos, en todo el cuerpo, sensación de abatimiento y fastidio, preocupación y frustración.  Preparar el terreno con anticipación, vivir el momento, disfrutarlo, estar atento a todo, la lentitud como parámetro de máxima prioridad, y seguir adelante sintiendo lo que ocurre alrededor con mayor atención, mayor detalle.  Estamos inmersos en una vorágine y nada permite que miremos el cuadro desde unos centímetros más arriba, sólo se permite tomar decisiones desde la inmersión y así se hace más difícil.  Hay ideas que de pronto aparecen, vinculadas precisamente a los vínculos más cercanos que nos impiden a veces continuar con lo que estábamos haciendo y nos da un poco de bronca, ¿por qué? preguntamos, abatidos.  Siempre lo mismo, siempre la misma situación estresante y difícil de sobrellevar.  Es algo que se interpone, que interrumpe lo que hacíamos y frustra, nos hace sentir inútiles, impotentes y no existe una respuesta del todo satisfactoria. 

Querámonos un poco.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Relatar, nada.

 Se dijo en la oficina que hacía calor y que había que prender el aire acondicionado, de todos modos estamos preparados para lo peor.  Hoy, ...