sábado, 30 de mayo de 2020

Imposible salir de aquí, quedé adentro con las llaves afuera ahora tendré que usar el móvil para llamar a los vecinos que vengan por mí, que busquen un llavero similar y probemos cual de todas las llavecitas que hay ahí, funcionan para liberarme.  Pero me parece una aventura, más bien una empresa bastante improbable. ¿Acaso la idea de una llave es precisamente no hacer copias iguales a menos que alguien lo requiera?  ¿Por qué habría de funcionar aquí la llave que abre una puerta vecina?  Imposible.  Tenerlo en cuenta para la próxima.  ¿En qué cabeza cabe dejar las cosas al alcance de otros, de tal manera que puedan hacer con ellas lo que quieran, incluso darnos un buen dolor de cabeza?  Es posible que encuentre la llave, que esté en la empresa de colectivos porque yo las perdiera durante el viaje, ¿pero y si no?  ¿En qué pensar?

Todas estas ideas se cruzan por la cabeza de alguien que quedó atrapado, les puedo asegurar.  Durante el rato que estuve ahí, tuve la sensación de que no saldría más, como aquella película de terror de los años setenta que vi una vez: una persona queda atrapada en una cabina telefónica, y se da cuenta que es el momento de la muerte cuando trasladan la maldita cabina completa con él adentro, a una especie de cementerio de personas muertas adentro de una cabina telefónica.  ¿Cuál habrá sido el mensaje que el autor quiso transmitir, si es que había alguno?  Lo cierto es que a mí, como niño que era, me quedó grabado el episodio, haberla visto tan tarde a la noche, cuando todos estaban durmiendo, y me escapé (aquella vez pude hacerlo) de la habitación y prendí la tele porque sabía que en cualquier momento vendría aquella película ridícula y de cine barato.  Seguramente era de clase B.

Así las cosas, tengo en mis manos ahora un teléfono.  Digo, es casi una cabina telefónica esta pocilga.  Le llamo así, cariñosamente, y lo aclaro también porque hay gente que sabe que escribo aquí y puede tomar represalias, también cariñosamente, con qué necesidad digo yo, me voy a apresurar a publicar estas líneas, si bien podría hacerlo después cuando haya salido de aquí. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Relatar, nada.

 Se dijo en la oficina que hacía calor y que había que prender el aire acondicionado, de todos modos estamos preparados para lo peor.  Hoy, ...