miércoles, 20 de mayo de 2020

Unas cuantas estupideces, unas cuantas habladurías sin sentido y tenemos un libro.  Eso parece pensar el escritor a mi entender porque observo que lo que dice, mayormente carece absolutamente de sentido en un contexto estricto de literatura del tipo que estoy leyendo por estos días, más bien libros descargados directamente en situación de pandemia, que han liberado las editoriales para que estemos en casa leyendo en vez de salir a pavear por ahí como sucede en aquel país del norte, dicen.  Me contaban ayer que los mandan a la casa, les dan unos garrotazos y a dormir, y a meterse tras las cuatro paredes de sus pequeñas casas de barro.  Es la manera que encontraron para protegerlos, recuerdo claramente los videos de alguna parte de la India o quién sabe qué país, donde les dan garrotazos literalmente para que se vayan a sus casas, es la única forma de que los entiendan.  A los palos, así se manejan allá los policías que andan por las calles controlando la actividad de la gente.  Dicen que la quieren a la gente, dicen que hacen eso para protegerlos, es curioso.

Me llené de pasto ayer tratando de hacer ejercicio en el parque.  No es la idea dejame decirte, esto de andar viendo qué día es hoy para saber si puedo o no puedo salir según la terminación de mi DNI, pero bueno es lo que tenemos a mano y no da para andar desaprovechándolo, más bien usarlo y seguir adelante, se me cruzó un gatito muy hermoso, sano, fuerte que parecía querer seguirme unos minutos.  Su hábitat debería ser muy seguro porque no dudó en volver cuando amagué darle una caricia para que me siguiera.  Compré una lata de atún, incluso, para animarle a seguirme pero abandonó al poco rato, y se volvió seguro de que era la mejor decisión.  Iba cargado además, no podría yo levantarlo ni traerlo en brazos, mejor que hiciera lo que hizo, fue la mejor elección.  Aquí además no hay lugar, sería imposible meterlo a pesar de que el lugar es grande, tiene patio e incluso algo de verde al fondo, medio descuidado pero hay tierra donde el podría hacer sus necesidades tranquilo.  Yo cuento esto después de que por unos minutos pude charlar con el americano y me contó sus inquietudes, porque él está aquí después de que viajó desde el vecino país donde estuvo haciendo escalada, y al llegar lo sorprendió la pandemia y se tuvo que quedar en una habitación donde caben 10 personas todas acostadas en unos minicuartos internos donde sólo cabe una cama, hecho todo en durlock, muy espantoso.  Pero hay que decir que tienen sus comodidades después de todo, están ahí calentitos seguro y tienen baño además.  Claro, será la mejor opción para alguien que no puede gastar demasiado.  ¿Querrá trabajar acá para solventarse un poco los gastos?  Quién sabe.

Digo esto y termino.  ¿Quién sabe?  Pues hay alguien que sabe, y mucho acerca de lo que está pasando por estos días, tiene las cosas tan claras que asusta.  ¿Por qué alguien habría de entender de esa manera los sucesos mundiales del momento y tener la sana intención de compartirlos conmigo?  ¿Será por la misma razón de que yo me siento aquí y escribo estas pavadas, de vez en cuando?  Podría ser una razón, habría que preguntarle tal vez al americano qué piensa, cómo ve él el mundo por estos días, tan dado vuelta como está.  Y hablando de todo un poco: ¿por qué insisto con un blog?  ¿No será ya momento de pasar a los libros en papel?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Relatar, nada.

 Se dijo en la oficina que hacía calor y que había que prender el aire acondicionado, de todos modos estamos preparados para lo peor.  Hoy, ...