martes, 5 de mayo de 2020

De todo eso que leí en el relato de la escritora, me queda la sensación de estar lidiando con un gato en un descampado sin armas, sin ninguna razón ni siquiera la más mínima de ellas, porque a mí también me pasó estar en una habitación y ver objetos y personas moverse y que no me creyeran, voces, escuchaba voces y no me creían, pero claro era la voz de otra persona manifestándose en mí, también lo supe después, como si alguien necesitara decir algo en ese momento en particular y me usaba, en aquel instante, como medium o algo así.  No es el caso del gato en cuestión, digo que lo que quiere es comida, y me fastidia con sus exigencias a toda hora, casi, mientras está despierto.  Después duerme tranquilo y se levanta  sólo a fastidiar.  Tendrías que salir a cazar un rato, le digo, pero se estira y bosteza y vuelve al plato vacío de comida a mirarme con recelo y bronca, ¿por qué no hay algo aquí? pregunta exigente y malhumorado.  Qué gato de mierda.

Después la visita extraña de un vecino que claramente ha venido hace poco a la Argentina, su nombre David, pero en inglés.  O sea, el tipo no habla una gota de castellano y tengo que empezar a practicar si quiero que me entienda, y quiero entender un poco su idioma y lo que dice, usa barba, mucha y es amable, me convidó agua caliente antes que yo lo pidiera.  Buena onda.  Ahora sólo queda que podamos hacer amistad, así en los pocos ratos que nos vemos porque su trabajo y el mío tienen horarios dispares y estamos poco tiempo en el barrio.  Será que no hay mucho por hacer, con los amigos que viven lejos no tenemos muchas chances de estar juntos, ni cerca.  Sólo reuniones por chat, o por zoom (ya se no me digan nada, es insegura). 

Quierou usar una aplicación que sea fácil de instalar y que no ocasione desastres en mi sistema operativo y hasta el momento esa viene cumpliendo con esos requisitos de manera eficaz, no me jodan.  Lo dije hace poco en un chat, en una conversación de twitter pero no me dieron bola, están todos entusiasmados con las reuniones y miren quién vino a proponer una sala de reunión: nada menos que facebook.  Y está bien, el concepto es mucho más entretenido, es decir, vos tenés una sala ahí de reuniones, cuando querés la "habilitás" y te reunís con gente, es obvio.  Pero mucho más elegante mucho más parecido a la vida cotidiana y off line, es decir, como si en tu casa tuvieras una sala de reuniones y ahí recibís gente y compartis una charla con ellos.  Lo único incómodo de la movida es el hecho de que está prohibido hacerlo de manera presencial, lo sabemos y es por la maldita pandemia.

Alguien me decía hace poco que esto de las pandemias ha llegado para quedarse.  Tendremos más pestes en el futuro, eso parece, motivadas por las costumbres alimentarias desordenadas y horribles que estamos teniendo y que tienen que cambiar urgente.  No más carnes rojas (me decía esta persona) por ejemplo, no más un montón de cosas, pero uno quiere juntarse con amigos y cenar un asado, no me digan que no, es una tradición y más todavía en nuestro país.  Nos acostumbraremos a las pandemias pero no dejaremos de lado lo que nos gusta, imaginate un cordobés por ejemplo, amiguero y bebedor, teniendo que dejar el ferné con amigos por culpa de un virus maldito que siempre cae lejos en un vecindario extraño del que no tenemos ni noticias, ¡olvidate!

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