Un vuelo de pájaro comestible ha calado
hondo en la espesura del mar siniestro
que recorre mi hombría, mi serenidad.
Me recuesto un instante sobre la casta
estancia de mi madre a presenciar
las olas y revisar el libro de los recuerdos
Funestos, vienen en este momento, aquí
mismo se esparcen por toda la sala y me
anuncian el regreso de la maldad contenida
En pomos, como salidos de un vendedor
que anuncia en colectivos y reparte
sacos de dinero a buen precio.
Estamos queriéndonos y eso está bien
qué problema habrá entonces si nada
puede resultar mal como dicen por ahí.
Habrá que sacudirse la tibieza y volcar
como volando y volando uno de esos sacos
y cubrir el lodo de vicios.
martes, 9 de junio de 2020
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