martes, 23 de junio de 2020

La barrera del tiempo

Podría escribir de todos modos en este pequeño escritorio bajo, que preciosamente han instalado en mi habitación, pero prefiero subirlo a un caballete para que quede a mi altura no sea cosa que me empiece a molestar la cervical tal como vio aquel médico en el Instituto, donde me asustaron un poco con ideas un tanto inverosímiles acerca de lo que debe ser el trabajo en internet, y hacia dónde debería yo dirigir mis pasos después que contratara con ellos un esquema de ingresos levemente inferior a lo que gana cualquier programador.  Cuando digo levemente estoy siendo muy generoso.  Diría más bien que no hay manera de salir ganando de ahí, era una vulgar trampa que a los caza-idiotas les encanta ejecutar.  Estuve a esto de firmar ahí pero ella siempre atenta a todo me advirtió: "no lo hagas".  Fue encantadora su presencia en el momento justo de aquel día, de otra manera habría caído en la vulgar trampa como dije, palabrita que se acerca bastante a trama, pero no digamos nada.  Le dije en su momento que gracias a ella había vuelto a conocer el amor, que gracias a ella se habían despertado en mí algunos sentimientos que creía olvidados o sepultados para siempre que gracias a ella ahora era yo una persona que se dejaba transformar por el amor y que a su lado encontraría mi destino, junto a ella sería la plenitud, a su lado estaría a salvo y que por correspondencia, precisamente a ella también la pasaría lo mismo.  Todo esto sin mayores garantías eso también es cierto.  Pero sigamos, porque los ruidos molestos que inundan este lugar me hacen pensar que debo apurarme un poco, que tengo cosas que hacer, algunos mensajes que mandar, que quiero comunicarme también en este momento con ella para felicitarla por el título que consiguió, que ya pronto estaremos otra vez juntos, que seremos bastante más felices en esta ciudad que en aquella, que nuestros abrazos tendrán pronto su momento.

Así las cosas, sigo mis estudios de Golang del cual hablaré más adelante pero sigo como decía porque es el mejor momento para hacerlo a estas horas donde nadie perturba la tranquilidad más de lo necesario, tan sólo un muchacho que quiere parecerse en fisonomía y en actitudes a aquel actor, que no recuerdo del todo su nombre que trabajó en Back to the Future, la película famosa de los ochentas, pero lo hace sin demasiado éxito.  Digo porque en lugar de andar en un auto futurista, lo hace en patineta.  Vos decime qué cosa puede atravesar la barrera del tiempo y yo me subo.  De qué manera podría actuar como transporte espacio temporal semejante aparatejo del demonio, de qué forma uno podría confiar además en un viejo loco con ideas un tanto descabelladas, de qué estamos hablando cuando decimos que se puede, que hay barreras que sí se pueden atravesar y que estas otras más lejanas, ya no.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Relatar, nada.

 Se dijo en la oficina que hacía calor y que había que prender el aire acondicionado, de todos modos estamos preparados para lo peor.  Hoy, ...