Acerca de los padecimientos, debo decir que me tocó lo suyo hace ya tiempo, y ahora siento que hay otros que están recibiendo la misma medicina, tal como en una calesita, o tiovivo del cual nadie se salva.  En esta estamos todos sin distinción y aquí lo importante.  ¿De qué manera se baja uno de ahí, sin perjuicio de nadie?  Me pasó, hace años, estar en lugares que no quería con gente que no esperaba encontrarme y lo tuve que pasar, fue un par de años nomás en los cuales conocí otro Alejandro, más remoto y ausente por así decir, que esperaba de los padres cosas que no podían darle.  Y así, se fueron pasando los años entre lectura y lectura, arriba de un entrepiso cualquiera.

Fue así, que encontré entre mis archivos algunos videos que quise compartir con compañeros de secundaria, aquellos que la vida puso definitivamente en otro lugar y con quienes pasamos momentos inolvidables.  Ellos quieren juntarse cada dia más, son como nuevos juglares que donde ven un recoveco ahí se meten a festejar que están juntos de nuevo y que no ha sido tan dura con ellos la vida.  Me encanta pertenecer a este grupo, sigiloso y fuerte que conquistó un espacio de terreno en el cielo, ya lo creo.

Qué necesidad de ensuciarlo todo con comentarios absurdos y cargados de malicia, el flaco (bueno ahora está bastante gordito, son los años) le dejaba ponerse cosas en las medias cuando iba a trabajar, caminaba así, con dolor, amor y lágrimas.  Con eso y sus mochilas a cuestas, él iba.  Ternura.

Lista de cosas por hacer:
- Revisar los cambios y comentar.
- Aplaudir y tratar los rumores de alejamiento.
- Descorchar un vino en cualquier momento.
- Visitar la mueblería aquella.
- Dormir un rato.
- Conseguir otro laburo.

O sea, mejor callar.  De todos modos, es lo mismo que están haciendo ellos -si se quiere-.

José Niemetz, ganador del Premio Clarín-Alfaguara 2018: el jurado consideró que Tú eres para mí es "una novela con gran inventiva y originalidad. Logra crear un mundo propio en el que la naturaleza es casi protagonista..." pic.twitter.com/582dnb5BHy

— Me Gusta Leer Argentina (@megustaleerarg) 31 de octubre de 2018

Hay un texto que claramente tiene demasiados palabros, -digamos- (ya que arranqué con demasiados y no quería después poner otra cosa) que no entiendo y tengo que recurrir al diccionario.  Me late que lo voy a hacer en la web, porque ¿quién va a perder el tiempo buscando en el libro de papel, a estas horas?  Inimaginable.  Quiero decir, uno tiene esa facilidad, la de un buscador y además en el buscador de la mismísima RAE, que no tiene mucho sentido dispersarse en otras cuestiones.

Cuándo decir basta, qué sería lo que me detiene en este momento y me hace pensar: "es hora de publicarlo", pará.  Hay más para decir, al menos hay más tiempo por delante, usémoslo.

Desanima, realmente.  Ver los progresos en el sistema de base de datos de la empresa, que no prospera en el sentido que uno desea, o había imaginado.  Tristeza.  Y depende absolutamente de uno, es uno mismo quien debe continuar la tarea, rehacer, volver a empezar y continuar de algún modo, porque premio.  Sí, si, lo de los mandalas lo recibí. Un meme absurdo que cuenta la historia de un tipo, que compró un libro de mandalas que se vende para contrarrestar el efecto del estrés, y ahí mismo raya toda la tapa de manera frenética probablemente demoró el envío y cuando llegó estaba tan sacado que agarró lo primero que tenía y saturó la primera página con rayones de arriba a abajo, y en todas direcciones, penoso porque después te queda así todo marcado y no lo podés vender nunca más.