miércoles, 18 de agosto de 2010

Las mañanas

Se acercó a su cama en medio de la noche. Él dormía tranquilo. Ella llevaba una prenda íntima muy ligera, dejaba ver su desnudez sutilmente. Temblaba. Su aliento sereno y mágico lo envolvió de inmediato y una revolución inesperada nacía en su interior, ya antes de despertar por completo.

La miró confundido apenas pudo abrir los ojos, y se enamoró, se sintió único, elegido. Ella venía a ofrecerse, llena, sabia, como las mañanas frescas de primavera.

La realidad comenzó a despertarlo, se dio cuenta y suavemente empezó a alejarse. Trataba de explicar, quería decir que no, que él tenía compromisos y ella también, que era muy hermosa pero no, además su marido estaba ahí mirando. Que aquello no era posible y no iba a ocurrir.



García Be

Mejoras en el Software de Gestión de Cuotas

  El software sigue funcionando. No está roto. No ha colapsado. Pero la deuda técnica está ahí, acumulándose como una pila de tareas pendien...