
¡Fijate vos... se sentó a mi lado, tembloroso! Comencé a mirarlo detenidamente, pretendía hacerme creer algo imposible de sostener y ya estoy cansado de situaciones como ésta.
Mirá vos... Observá esto también: sus amigos están aquí y pretenden apoyarlo, defenderlo, pero es inaudito e incomprensible y me da bronca perder el tiempo. Como siempre.
¡Ahí está! Apareció por fin su confesión; es lo que esperábamos todos y fue penoso una vez más. Inaudito y ridículo ¡por Dios! A ver... habladurías hay aquí y en todos lados naturalmente, pero ya me cansé y decidí algo: me voy. Si, me voy. Me voy a subir a mi moto y me largo de aquí.
Por suerte entra aire fresco por la ventana.
García Be.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario