jueves, 26 de noviembre de 2020

Tarde sombría

 Cuando aparece un colectivo por esa esquina, pienso en mi madre que debe estar recuperándose de su caída esta semana, en casa, lo mejor que puede en compañía del viejo que a veces no es la mejor compañía, digamos todo.  Y digo que el colectivo me la recuerda porque siempre me hablaba de sus mañanas de recorrer el camino de casa al trabajo en micro aquí en la recordada Mendoza de aquellos años, donde ella y sus hermanas hacían lo imposible por llevar el pan a casa cuando más hacía falta.  Y esos detalles quedan en la memoria de cualquier hijo que se precie.  

Esta interrupción momentánea de la conexión a internet, hace que la escritura por momentos se vuelva incompleta, difícil, ya que escribo directamente aquí, en la nube.  Los cambios se van guardando a cada minuto y cuando no tenés conexión, se vuelve lenta, torpe y cuanto sinónimo de torpe quieras utilizar, no es agradable ni fácil hacerlo.  Justo en este momento, se cayó internet quizás por el barrio, quizás sólo en esta habitación, esta mañana. 

Tendré que seguir en otro momento con estas líneas, porque así parece que no volverá en los próximos minutos o quién sabe, y se hace complicado.

Pero como les decía, a veces una simple aparición de un colectivo en esa esquina es suficiente para recordarme a mi madre, a quien hace unos días que no veo, a quien extraño también ya a mi edad, parece imposible, a quien tengo guardada en mi corazón como cualquiera de ustedes, a quien sufro de ver pasándolo mal a veces por los problemas de salud que a su edad no son más que el pan nuestro de cada día.

Así las cosas, voy a ordenar el cuarto.  Es lo mejor que puedo hacer ahora mientras espero que vuelva internet, mientras que la conexión aparece nuevamente porque después de un día agitado como el que tuvimos ayer, con la muerte de Maradona, todos están nerviosos y tristes, nos ha golpeado sin duda mucho a los argentinos que no salimos de nuestro asombro de ver cómo un hombre con todo lo que el consiguió no haya sido capaz, ni él ni su entorno de asegurarse una vejez tranquila y en paz, con lo que tiene que tener una buena vejez.  Algo de salud, un poco de amistad y el apoyo de familiares y amigos de verdad.  Y dicho sea de paso, tenemos que pensar en esto una y otra vez, no quiero volver a ponerme a pontificar sobre nada, a quién le importa después de todo, digo que él tuvo la fama mundial que tuvo y generó seguramente mucha riqueza, la misma que le impidió quizás (y esto va por mi cuenta) asegurarse una vejez tranquila, prepararse para los días finales en paz.  

Bueno, en vez de estar haciendo esto que hago ahora, que es pretender hilvanar una idea, podría por ejemplo ponerme a escribirle a mis amigos que hace mucho no veo y que seguramente se estarán preguntando precisamente eso, por qué no dejo toda esta cosa y me pongo a organizar un asado en algún quincho, en alguna pileta, en donde podamos recordar viejos tiempos y suponer que otra vez, lo bueno está por venir aunque sepamos que no es cierto, que lejos estamos de esto, que a nuestra edad sólo nos queda revisar algunas cuentas y prepararnos para vivir lo mejor que podamos los últimos y sombríos años de nuestra existencia. 

Huyan de aquí mientras puedan. 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Relatar, nada.

 Se dijo en la oficina que hacía calor y que había que prender el aire acondicionado, de todos modos estamos preparados para lo peor.  Hoy, ...