viernes, 9 de octubre de 2020

Bajo el mismo techo

 


Es un espacio privado, el de la lectura, donde nadie más que uno puede entrar y resolver en unas cuantas hojas o páginas de internet (ahora) un problema que tiene que ver con el autoconocimiento.  Ja, qué definición.  Cuando uno lee en realidad entra en ese espacio íntimo y privado donde estás vos con el texto y nadie más, y tenés que salir airoso ya de movida diciendo "sí, entendí eso" y también me dijo algo o me sugirió alguna cosa, por lo menos.  Si no, podemos tranquilamente acusar al escritor de no tener la habilidad de transmitirnos algo, de haber hecho eso por el simple y lamentable motivo de cobrar unos pesos por parte de alguien encargado de captar la atención del lector pero con fines poco transparentes.  Así, vamos de lectura en lectura como fiscalizando lo que leemos hasta encontrar eso que nos conmueve de verdad, que nos interesa al punto de no poder dejarlo escapar de nuestras manos, algo que queremos compartir de inmediato, en suma un texto imperdible.

En estas cuestiones andaba pensando ayer cuando fui a ver un departamento para alquilar ya de una vez, que lo venimos necesitando con A- imperiosamente para salir de esta situación de distanciamiento ya excedida de lo social, porque vamos, hace cuántos meses estamos viviendo ella en San Rafael y yo acá en la capital de la provincia, y la separación no ha sido buena, ha tenido algunos aspectos positivos pero la mayoría han sido negativos.  Lo firmo ya.  Por ejemplo, el hecho de dormir solos, cada uno en su casa, ha redundado en más y más noches de frío y soledad que no tenían por qué estar ahí, nunca imaginamos eso cuando nos conocimos, estar separados tanto tiempo, y en medio de una pandemia que nunca jamás esperábamos, eso lo puedo jurar; este año ha sido tan pero tan singular que todo lo que le pongas adentro, le cabe.

Como decía, ayer vi ese departamente que nos va a resultar adecuado desde todo punto de vista así que hoy comienza el operativo "rescate de nuestra pareja" y voy a intentar por todos los medios de alquilarlo para que podamos ahora sí, mudarnos ambos a ese nuevo espacio privado y resultante de poner el hombro cuando hace falta, dejar atrás las ataduras ridículas a las que tal vez uno mismo por carencias previas se somete, se aferra ya por excesiva estupidez, y tiene que salir adelante, buscar lo nuevo y confiarse de que va a estar todo bien, de que se da así por bondad del universo y tiene todo el sentido y seremos mejores bajo ese techo, a darlo por seguro.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Relatar, nada.

 Se dijo en la oficina que hacía calor y que había que prender el aire acondicionado, de todos modos estamos preparados para lo peor.  Hoy, ...