viernes, 16 de octubre de 2020

Leer hasta el final

 Es casi una barrera, pero mejor decirle un hito: 300 publicaciones en el blog y contando.  Veremos a cuántas llego algún día, cuál será la última, qué dirá y qué número tendrá.  Por ahora, llevo 300 de este blog que empezó algún día como una forma de canalizar broncas y miedos.  Así le digo al blog, canal.  Una especie de canal de televisión también podría ser, eso que tanto nos influyó a los de nuestra generación con los dibujos animados en la infancia, las series ochentosas y subsiguientes, y la explosión de canales que vinieron después con el cable y la televisión satelital y tantas cosas que nos metieron en el living.  Es inaudito que me haya dado por escribir en un blog cuando podría hacerlo en un libro, para un libro que finalmente alguien leyera después de comprarlo, pero no aquí pueden leer lo que digo sin necesidad de gastarse un peso, sin la obligación de pagar ni siquiera mediante la exposición a unos comerciales, a unos anuncios pagados de adwords como dicen que funciona.  Es un blog que recopila los textos que vengo escribiendo desde hace unos cuantos años, exactamente desde el 2009 unos diez años y ya casi once, recuerdo seriamente que el año pasado cuando se cumplieron los diez años del blog, me encontraba en una entrevista de trabajo en una gran empresa mendocina, un empleo sobre tecnología al cual no me llamaron, en realidad, y por un lado lo agradezco porque habría terminado escribiendo programas ahí y no era la idea.  No, yo estaba detrás de otra cosa, siempre estoy detrás de otra cosa, no de lo que tengo en frente.  Como una manera de buscar refugio, protección, o algo así es que me pongo detrás de otra cosa no sea que eso me lastime.  ¿Será así?  Suena inteligente al menos, puede ser que tenga razón en esto o puede ser que constituya un modus operandi que debo trabajar, que debo resolver, que debo corregir.  Hablando de deber, las cosas que uno debe se las debe a alguien, lo entendí muy bien esta semana, muchas veces lo hacemos como si fuera nuestro y no, es de alguien más.  Lo se por los rulos de ese cabello que me tiene mareado y no puedo mirar más allá, sólo pienso en hundir mis manos ahí y nada más.

Hay que ver las cosas que escribo, suena provocador ya lo se, a quién le importa eso, mejor pensar en el momento de la foto, que me pasó ayer justamente cuando volvía al lugar donde vivo ahora, que pasando por el predio donde están la casa de gobierno y el poder judicial, encontré que habían iluminado de rosa el edificio principal y mientras dos mujeres policías hacían lo mismo, es decir sacarse una selfie con el fondo rosado, yo opté por tomar una foto que aquí publico, mostrando precisamente ese efecto decorativo sobre el edificio que le queda bastante bien y seguramente está homenajeando la lucha contra el cáncer de mama o algo similar, ya buscaré info al respecto.  Después, compré una lata de cerveza, en su versión APA para festejar que estoy vivo, que sigo buscando el amor, que un poco ya lo encontré en la persona de mi mujer, que sigo queriendo y amando la vida, que nada me detiene y que entiendo que no estoy para los viejos trotes de la juventud pero tampoco para la amargura y la vejez.

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