miércoles, 25 de marzo de 2020

No me pinta escribir aquí, ya saben es mucho mejor hacerlo en privado uno suelta la imaginación de otro modo  más personal e íntimo; aquí ya estoy pensando en quiénes van a leer o qué van a decir de lo que escribo y ya me da cosa, no me gusta.  Prefiero lo íntimo quizás sea por mi timidez que no resulta fácil, el texto no fluye.  Lo que sí puedo decir es que resulta extraño que sea así porque vengo publicando en este blog desde el 2009, entonces cuál es, por qué no puedo hacerlo últimamente de manera frecuente y positiva.  También debo decir que la frustración de ver que nada de lo que escribiera antes tuvo el más mínimo éxito es decir lo leyó muy poca gente y nadie comentó nada por decir así, entonces para qué.  Sigamos mejor en el ámbito cerrado de lo personal escribiendo sólo para mí y listo.  También dejé los relatos, antes me entusiasmaba la idea de escribir un cuento pero no salieron bien, digo lo publicado aquí no fue exitoso, de manera que también esa inclinación cayó al piso, se hizo horizontal.  Y así estamos, tristes, pobres y en cuarentena.  

Terrible lo que viene pasando eso está bueno decirlo, estamos todos encerradísimos en casa y no me refiero sólo a nosotros.  Como ustedes saben todos o la gran mayoría de seres humanos de este planeta estamos confinados a vivir bajo las cuatro paredes de casa salvo que estemos en alguna actividad que ayude a sustentar la existencia de manera inexorable como vender huevos.  De manera que a ustedes les escribo como para entretenerlos un poco pero ya sabemos, nada de lo que se dice aquí tiene valor literario ni informático ni nada.  Es simple texto vacío y huero como diría mi amigo el diccionario.  Ayer por ejemplo, nos pusimos a hacer ejercicio y tuve que parar. Típico.  Ya no son veinte años, es más tengo más años que muchos de mis vecinos de por acá.  Y el motivo fue que debí hacer algo mal en la juventud que ha deformado el pie y me hace desarrollar un callo que duele y hace que el músculo izquierdo trabaje mal.  Entonces, al cabo de unas horas de actividad física y si es de impacto ni hablemos, el músculo empieza a quejarse o mejor dicho los tendones, o quién sabe qué pero algo dentro de mi pierna a la altura del gemelo izquierdo, me dice negro tenés que parar ahora porque el dolor es bastante fuerte.  Y yo paro, qué querés que haga, si estamos solos al fin y al cabo, mi pierna y yo.  Interrumpo la clase, digo a todos me retiro, y en unos minutos vuelvo tratando de disimular el dolor, pero nada.  Sigue ahí muy campante.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Relatar, nada.

 Se dijo en la oficina que hacía calor y que había que prender el aire acondicionado, de todos modos estamos preparados para lo peor.  Hoy, ...