jueves, 26 de marzo de 2020

Genial.  Ahora me entretengo buscando significados de palabras y no funciones de comandos informáticos como hice hasta hace algunos meses cuando trabajé durante unos días en una empresa que hacen programas de computadoras y diseñan circuitos electrónicos que cumplen funciones específicas en algunas empresas.  Me divertí bastante pero ya fue.  No habrá informática para mí en los próximos años, tal parece que será así porque la computación y la programación bien entendidas parecen haber sido copadas por grandes empresas que lo hacen todo, lo diseñan todo y uno qué puede hacer: nada.  Sigo pensando que es cierto que mejor enconderse en este sótano gris que es la literatura por momentos, porque nadie lee ya como antes, están todos muy entretenidos con las series y la televisión que viene por internet.  Pobres los productores de programas de televisión por aire, deben sentir que hacen un puto trabajo para viejos, o pobres.  A quién le vendés, en esos casos.  Suena fuerte pero veré de suavizar esta frase en unos momentos cuando termine aquí y pueda corregir las boludeces que digo, ahora sí teniendo en cuenta de no violentar al lector cosa que he venido haciendo regularmente en este blog desde el inicio, si mal no recuerdo.  Claro, recordar lo que se dice recordar, poco.  Porque no es un blog que lea a menudo y mi memoria es bastante volátil por así decir, uno cuando vive acelerado y apresurado sin posibilidad de sentarse a reflexionar, a meditar los pasos que da o las vicisitudes que le toca atravesar, confunde a la memoria no deja de ejercitarla de la manera errónea y así las cosas tiende a olvidar o recordar apenas lo urgente, lo más importante.  El dato de color, el detalle, se pasa por alto porque no hay tiempo hay que salir rajando de cualquier situación, no lo esperan demasiado ahí nomás le están cobrando los platos rotos entonces mejor dejar, ni atesorar momentos ni imágenes ni situaciones.  Huir es la clave, y recuerdo aquí el escapista Houdini que menciona en su novela M. Figueras a quien recuerdo de haber visto protagonizando ciertas presentaciones políticas que quién sabe por qué razón las tiene que hacer religiosamente; bueno, hasta aquí lo ha hecho ni idea qué pasará en el futuro.  Escapar de lo que venga, por ejemplo, cuando bajaba al sótano en mi niñez y sentía ese aroma a humedad y encierro, pero sobre todo a humedad propia de un lugar seguramente mal aislado del resto, y que estaba rodeado de tierra y precisamente agua, pues podía alimentar tranquilamente cualquier animal, cualquier alimaña o monstruo que se precie y que esté presuroso a atacarnos mientras subimos las escaleras escapando, porque a tu hermano mayor se le ocurrió hacerte una broma: apagar la luz.

No quiero entrar en detalles de lo que significa escribir aquí, o de cómo lo estoy vivenciando, ya algo dije en mi post anterior y no fue muy bien recibido.  Tal como parece tengo que recapacitar sobre esto y dejarme de hinchar las pelotas porque a nadie le interesa demasiado cómo vengo percibiendo yo esta situación, sino dejar pasar las zonceras varias que leo por ahí, y sentarme a escribir como hace o dice que hacen varios en su cuenta de facebook.  Así, todos contentos y malhumorados.  Como en cuarentena.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Relatar, nada.

 Se dijo en la oficina que hacía calor y que había que prender el aire acondicionado, de todos modos estamos preparados para lo peor.  Hoy, ...