El muchacho a mi derecha permaneció de pie todo el tiempo que duró la operación, hasta que el cirujano terminó de dar la última puntada. Sin embargo, su impaciencia era cada vez más notoria, ya no disimulaba una gota.
Yo aguardaba en silencio observando fijamente el indicador de las pulsaciones, que no fuera a dejar de marcar «normal».
Me escapé más tarde con la enfermera en jefe.
García Be
martes, 6 de septiembre de 2011
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Relatar, nada.
Se dijo en la oficina que hacía calor y que había que prender el aire acondicionado, de todos modos estamos preparados para lo peor. Hoy, ...
-
De pie frente al empleado del banco, contaba el dinero, cuando escuchó los disparos al aire (una locura) y los gritos de la gente y las amen...
-
Eran las seis menos cuarto. Sergio guardó lo que tenía en su mano, subió el cierre y apretó el botón, mientras miraba sin ver por la pequeñ...
-
Hay un sistema de incidentes que debe ser atendido diariamente con lo que uno encuentre en su camino. La única incidencia que encuentro es...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario