Pasaron muchas cosas entre nosotros. Ambos tomamos caminos diferentes, los dos nos encontramos no tan casualmente en la esquina del odio y la incomprensión. Fue tumultuoso, muy poco divertido. Nos odiamos a muerte por un tiempo, dejamos de compartir las cosas buenas de la vida, nos olvidamos de disfrutar los buenos momentos, el campo de golf, las tardes quietas y serenas alejados en algún green que nos gustara.
Pero ahora vemos que la amistad sigue intacta. Nos escuchamos y sabemos que el otro está ahí, dispuesto a retomar la buena senda, en definitiva el diálogo sincero.
García Be.