El software sigue funcionando. No está roto. No ha colapsado. Pero la deuda técnica está ahí, acumulándose como una pila de tareas pendientes que nunca encuentran su momento. Ha llegado la hora de hacer algo al respecto.
El objetivo para lo que queda del año es claro: mejorar lo que ya está, saldar deudas técnicas y dejar el código en un estado más sólido y mantenible. No se trata de una revolución, sino de pequeños ajustes, optimizaciones y rediseños que hagan la diferencia.
¿Qué cambios se vienen?
👉 Refactorización del código: Hay fragmentos que funcionan, sí, pero con un nivel de rudeza que duele ver. La idea es hacerlos más eficientes, más organizados y más fáciles de mantener.
👉Optimización de la gestión de cuotas: Mejorar la estructura de los datos y los reportes para hacer el seguimiento de pagos más claro y ágil.
👉Automatización de tareas repetitivas: Reducir el trabajo manual con VBA y macros, permitiendo que el sistema haga más con menos intervención.
👉Interfaz más intuitiva: Sin necesidad de una revolución estética, pequeños ajustes pueden hacer que el uso del software sea más fluido y amigable.
El dilema de siempre
Este es un proyecto sin un retorno económico directo. No hay una retribución esperándome al final del camino. Hacerlo es una cuestión de convicción, de satisfacción personal, de la certeza de que algo que fue útil puede ser mejor y más duradero.
Y aunque el código pueda mejorar y el sistema pueda optimizarse, hay un límite: no puedo hacerlo público. No es un software para compartir abiertamente, sino una herramienta con información sensible que debe mantenerse en su contexto.
Conclusión
Se vienen meses de trabajo silencioso. No será un desarrollo frenético ni un rediseño total, pero cada mejora sumará a la estabilidad del sistema. Quizás, en el futuro, este software pueda trascender más allá de su uso actual y convertirse en algo más grande. Pero por ahora, lo que toca es seguir adelante, mejorar lo que se pueda y disfrutar del proceso. 👍